Tommy Fury (8-0) puso fin a la guerra de palabras y egos y derrotó a su rival de toda la vida, Jake Paul (6-0), en un encuentro en el que Fury se recogió de la lona para asegurarse la victoria. El acontecimiento de Arabia Saudí atrajo el interés y la atención mundial hacia ambos púgiles, junto con la presión de sus expectantes aficiones por hacerse con la victoria, y sirvió de hervidero bajo las luces del desierto a la espera de la contienda. Como espectáculo, no fue el tiroteo que los púgiles habían pronosticado, pero sí proporcionó las respuestas que habían estado en boca de muchos.
Tommy Fury empezó con confianza, apoyándose en su jab, algo que Paul no utilizó en absoluto en el primer asalto. Ambos púgiles ya habían sido advertidos al principio del asalto de que debían respetar las instrucciones del árbitro, que se habían visto empañadas por las agarradas. Fury fue el primero en encontrar su ritmo con varios jabs y un gancho de izquierda hacia el final del asalto, antes de una ráfaga de golpes justo antes de la campana.
En el segundo asalto, Fury volvió al jab, que en ese momento era extremadamente eficaz para mantener a raya a Paul. Jake buscaba cualquier oportunidad para lanzar su derecha por encima de la cabeza, y Fury, más inteligente en este punto, le hacía fallar ampliamente. Muchos de los ataques de Jake fueron esquivados, bloqueados y evitados, aunque Paul conectó un derechazo, pero el efecto fue mínimo, ya que Fury lo dominó.
El tercer asalto fue más positivo para Paul, que empleó por fin su jab después de haber sido completamente ignorado durante los dos primeros asaltos. Tommy había sido atraído a mantener sus pies y estaba en forma de confianza después de las dos primeras rondas, en última instancia, ser marcado con un jab pulmonar, gancho de izquierda antes de una mano derecha al final de la ronda.
En el cuarto asalto, Fury retomó el pulso y protagonizó el asalto más completo del combate. El jab fue el arma elegida por el más consumado Fury, mientras que Paul favoreció hasta el punto de telegrafiar su derecha por alto.
El drama llegó en el quinto asalto, con una deducción de puntos para Paul por empujar constantemente hacia abajo la cabeza de Fury, lo que no fue bien recibido por el estadounidense y, en última instancia, hizo que Jake se volviera más agresivo y acelerara el ritmo del combate. Fury recibió el mismo trato por parte del árbitro en el siguiente asalto, con una deducción de puntos. Sin embargo, el sexto asalto fue un asalto fuerte para Fury, que asestó un fuerte upper a Paul que fue lo más destacado.
En el séptimo, Fury y Paul chocaron sus cabezas, lo que acabó provocando un corte a Fury después de que Jake le golpeara con la cabeza cuando intentaba lanzarle un gancho de derecha. Tommy mantuvo la compostura y volvió al jab y fue capaz de atar a quien se mostró tosco al intentar acortar distancias y fue negado.
En el octavo y último asalto, Jake conectó un golpe de izquierda que envió a Fury a la lona y éste pidió que se considerase un resbalón. Sin embargo, Fury fue capaz de pelear con Paul y logró asestarle varios golpes con la mano y aguantó el resto del asalto.
Hubo incertidumbre en el cuadrilátero, con un expectante Paul que sentía que había hecho lo suficiente antes de que los jueces anunciaran una victoria por decisión dividida a favor de Fury con puntuaciones de 76-73 de los jueces Omar Mintun y Daniel Van de Wiele. Mike Ross puntuó el combate de forma más ajustada, con un 75-74 a favor de Jake Paul.
Tommy Fury mejora su récord de imbatibilidad a nueve victorias consecutivas, mientras que Jake Paul suma la primera derrota frente a sus seis triunfos. Jake, que tiene una cláusula de revancha, tiene intención de activarla y volver a disputar el combate.