Tommy Fury será un hombre aliviado tras su victoria sobre su rival, Jake Paul, sobreviviendo a un derribo en el octavo y último asalto para reclamar una decisión dividida con dos puntuaciones de 76-73 a su favor. Ambos cerraron por fin el capítulo inicial de su rivalidad, con una revancha casi segura debido a la cláusula de revancha a favor de Jake. Tras el combate, Jake indicó que quería repetir la pelea, a lo que Fury respondió que estaría dispuesto.
Tras el combate, Tommy habló de las presiones que tuvo que soportar y de cómo este encuentro en particular consumió su vida durante dos años. Se habían programado dos combates previos, pero debido a lesiones y problemas de inmigración, las peleas se cancelaron para disgusto de Paul. Fury no era el favorito en las apuestas a pesar de ser un boxeador de asta en comparación con Paul, pero demostró compostura y madurez para soportar la presión dentro de las cuerdas y, lo que es más importante, también fuera de ellas.
"Durante los dos últimos años, esto es todo lo que ha consumido mi vida. Costilla rota. Acceso denegado. Todo el mundo pensaba que huía despavorido. Esta noche he creado mi propio legado. Soy Tommy Fury", dijo Fury.
"Durante estos dos últimos años, he tenido el sueño y la visión de que ganaría este combate. Y nadie me creyó. Ahora puedo levantarme y todo el mundo puede tomar nota. Es mi primer combate estelar a los 23 años. Tenía presión sobre mis hombros y la he superado."
"Es mi primer evento principal. Cada vez seré más fuerte y más grande. Me puse muy nervioso en la pelea, pero lo superé. Si quiere la revancha, adelante".
