Teófimo López no se pesó en el pesaje de control para la pelea de mañana contra Josh Taylor en el teatro del Madison Square Garden, pero aunque Taylor se pesó cómodamente, el campeón tenía sus propias preocupaciones relacionadas con el peso.
Se dice que ya había bebido y desayunado, pero también se dice que quería pesarse antes el viernes, y que no lo hizo debido en gran parte a la falta de atención de su abogado a los detalles.
El hecho de que llegara al peso de forma tan convincente -y para la ocasión de su primer combate bajo las órdenes de Joe McNally- no es ninguna sorpresa. Se ha mostrado optimista toda la semana, como un boxeador convencido de su condición y, por tanto, de sus posibilidades de victoria. ProBox TV tiene entendido que su principal sparring, Adrián Sosa, llegó a sufrir hasta el punto de ser detenido involuntariamente en el segundo asalto de su primer spa, lo que, a pesar de la inversión financiera de Taylor en él, significó que no pudieron reanudar el sparring hasta pasada una semana.
López abandonó el Madison Square Garden para asegurarse de que llegaba a las 140 libras en el pesaje oficial, y cuando regresó lo hizo. A su favor hay que decir que no parecía alguien que hubiera luchado por llegar al límite de las 10 libras. A pesar de ello, Taylor, que vestía falda escocesa, no pudo resistirse a burlarse de él y a llamarle "gordo cabrón" cuando estaban a ambos lados de la báscula.
Entre los presentes en Nueva York para apoyar a Taylor se encuentra Leigh Wood, que se entrenó con él a las órdenes de Ben Davison y que el jueves por la noche ganó el premio a la mejor pelea del año de la BWAA por su espectacular victoria sobre Michael Conlan. Wood describió a Taylor como un boxeador "instintivo", y lo comparó con él mismo, que bajo la tutela de Davison prospera como alguien que estudia a sus oponentes durante semanas enteras.
En el pesaje del viernes también estuvo Bill Haney, padre, entrenador y mánager de Devin, campeón indiscutible del peso ligero. Llevaba una chaqueta con la marca de la WBO -es el título de superligero de la WBO por el que Taylor y López pelearán el sábado- y reveló que no sólo estaba allí para observar a ambos boxeadores, dado que su hijo es un posible próximo rival, sino que tampoco tenía muchas ganas de descartar la sugerencia de que sea la promotora Top Rank con la que su hijo vuelva a firmar.