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Rojas habla de renunciar casi por completo a sí mismo y al boxeo

El viernes 15 de septiembre regresa uno de los programas de boxeo más veteranos, conocido por formar futuras estrellas de este deporte. ShoBox: The New Generation regresa con otro de sus triples combates, en el que participarán algunos jóvenes talentos de la cuadra Sampson Boxing. Para abrir la cartelera esa noche, la promesa del peso welter Freudis 'Freddy' Rojas (11-0, 11 KOs) se enfrentará a Saúl Bustos (15-1-1, 8 KOs) en un combate a ocho asaltos.

Rojas, de 25 años, está a punto de estar en el punto de mira de todo el mundo, al igual que muchos boxeadores que tienen al promotor Sampson Lewkowicz en su esquina. Lewkowicz tiene una de las miradas más agudas del deporte, y cada vez que se le ve en la esquina de alguien, se sabe que al otro boxeador le espera una noche infernal. Sabiendo esto, cabría esperar un poco de arrogancia por parte del aspirante a peso welter, pero es uno de los seres humanos más humildes que se pueden conocer.

Cuando uno se topa con boxeadores realmente humildes, suele deberse a que han pasado por situaciones difíciles durante su infancia, y Rojas no es diferente. Crecer en el lado duro de Las Vegas, NV (Eastside) no era exactamente un entorno perfecto. Rojas y su familia vivían en una suite económica (el equivalente a un estudio), su padre tenía tres trabajos y su madre dos, para mantener a la familia.

"Para nosotros era muy duro intentar ganar dinero, pero a veces, de niño, simplemente vives la vida y no lo ves como un problema hasta que te haces un poco mayor, y entonces sabes que los niños se están riendo de ti. Pasamos muchos apuros para pagar las facturas y la vivienda. Me acosaban mucho, aunque los niños sabían que había boxeado. De pequeño era un niño muy tranquilo. No como ahora, muy hablador y siempre sonriente, pero antes era todo lo contrario. Siempre estaba cerca de mi madre. Era un gran niño de mamá. No voy a decir que lo era, porque sigo siéndolo", afirma riendo el aspirante a peso welter de 1,90 metros.

Introducido en el boxeo (a la fuerza) por su padre a la temprana edad de 8 años, Rojas odiaba absolutamente que le dejaran en el gimnasio. Esta práctica continuó hasta la edad de 13 años, y durante este tiempo boxeaba con zapatillas de tenis, ya que sus padres no podían permitirse zapatos de boxeo reales. No fue hasta el 2013, cuando Rojas llegó al Campeonato Mundial Junior, que comenzó a disfrutar de la dulce ciencia. La idea de conseguir cosas gratis y estar lejos de sus padres era emocionante, y fue entonces cuando comenzó a encontrarse a sí mismo un poco más e.

Aunque se estaba haciendo un hueco como boxeador, seguía teniendo que ser el hermano mayor de sus dos hermanas pequeñas, ya que sus padres siempre estaban trabajando. Eso significaba que Rojas tenía que caminar ocho kilómetros para recoger a sus hermanos del colegio y otros ocho para volver a las suites del presupuesto cuando sus padres no podían recogerlos (que era la mayoría de los días). Ya de pequeño, Rojas empezó a pensar que quizá no debería pasar por todo esto. Pero como dice la famosa frase de Rocky Balboa: "...no se trata de lo fuerte que golpees. Se trata de lo fuerte que te pueden golpear y seguir adelante".

Esa cita golpearía a Rojas de manera diferente en el 2020 durante las Pruebas Olímpicas cuando perdió ante Delante 'Tigre' Johnson (9-0, 5 KOs). Rojas estaba devastado por la derrota y por no llegar a los Juegos Olímpicos, lo que lo envió a un agujero de conejo emocional. Empezó a cuestionarse si el boxeo era lo que realmente quería hacer. Rojas dejó el boxeo y empezó a trabajar en Cane's. Durante tres meses, iba a trabajar y se encerraba en su habitación. Durante ese tiempo, Rojas tenía pensamientos suicidas, algo que sólo compartía con unas pocas personas.

No fue hasta que se le acercaron su entrenador Kay Koroma y su padre Freudis Rojas Sr., que juntos le sentaron y mantuvieron una conversación sobre el talento que poseía, cuando Rojas pudo salir de su estancamiento. Cuando Rojas padre tuvo una conversación íntima con su hijo, en la que le contó entre lágrimas que le habían arrebatado su sueño de boxear y que él estaba viviendo su sueño a través de su hijo, Rojas adoptó una perspectiva totalmente distinta de su situación. Rojas volvería al boxeo y seguiría una carrera profesional.

Con sus antecedentes como aficionado, Rojas se hizo profesional en el 2021 y pensó que lo contratarían de inmediato, pero no fue exactamente así. Su carrera sí dio un giro positivo cuando Rojas estuvo en el gimnasio de Ismael Salas haciendo sparring y el legendario entrenador cubano se fijó en él. Después de verle hacer sparring, Salas llamaría a Sampson para hacerle saber que estaba impresionado con lo que veía en Rojas y que necesitaba verlo él mismo. Sampson seguiría el consejo de Salas y visitaría su gimnasio para ver trabajar a Rojas, y tras gustarle lo que vio, Sampson le ofrecería a Rojas un contrato promocional, y el resto es historia.

Ahora, Rojas abrirá la transmisión de Showtime el viernes contra Bustos, quien es entrenado por el gran Freddy Roach. Bustos es un boxeador duro y la prueba más importante de Rojas hasta la fecha, razón por la cual a los puristas les encanta sintonizar ShoBox, ya que son conocidos por poner a prueba a jóvenes prospectos antes de llegar al siguiente nivel.

"Es un gran boxeador", dijo Rojas de Bustos. "Siempre he respetado a cualquiera que suba al ring. Él tiene un plan de juego que quiere mostrar esa noche, y yo también tengo uno. Mi equipo y yo estamos preparados para cualquier cosa que él y Freddie Roach hayan planeado. Estamos preparados. Si una cosa no funciona, tenemos el plan B, C, D, E, F, etc. Sabemos que va a venir a pelear. Lo sé con seguridad. Puedes verlo. La batalla ya ha sido ganada, y tengo tanta fe en mi corazón. Esa noche, saldré victorioso".