Jesse "Bam" Rodríguez aclamó una victoria que le "cambió la vida" después de realizar la mejor actuación de su carrera al detener a Sunny Edwards en nueve asaltos.
El púgil de 23 años unificó los títulos de la WBO y la IBF en el Desert Diamond Arena de Glendale, Arizona, al detener a su principal rival de división tras derribarlo en el noveno asalto de una pelea tan desigual que demostró que es el mejor peso mosca del mundo.
Tras aceptar pelear con Edwards, hasta entonces campeón invicto de la IBF, Rodríguez se enteró de que en los próximos meses su compañera Rebecca dará a luz a una niña.
En menos de dos años ha transformado su carrera -primero al derrotar a Carlos Cuadras para ganar el título supermosca del WBC y más recientemente al detener a Edwards, anteriormente percibido como su mayor amenaza- y el sábado mejoró su reputación hasta tal punto que se ganó la paridad con algunos de los mejores boxeadores del mundo.
"Sabía que esta pelea no sólo cambiaría mi vida, sino también la de mi hija", declaró Rodríguez. "Para tener más oportunidades y sin más poder comprarle cosas mejores. Tenía mucha motivación para pelear sabiendo que tengo una hija en camino. Estoy tan feliz que no veo la hora de que llegue, de conocerla y de contarle lo que ha pasado esta noche. Nacerá en abril.
"Ha sido la mayor victoria de mi carrera y de mi vida. En mis dos últimas actuaciones [victorias sobre Israel González y Cristian González Hernández], muchos medios de comunicación me descartaron, diciendo que era una exagerada, esto y lo otro. Hablaban muy mal de mí. Así que eso, además de ganar una pelea de unificación contra otro campeón invicto, es tan grande como se pone, y es por eso que estaba tan emocionado después de la pelea."
"Cuando vino a mi gimnasio con 15 años, supe que iba a ser especial", dijo su entrenador Robert García. "Sabía que ya era especial. Tuvimos que comprar peleas en México -Tijuana- porque los pesos bajos no son fáciles. Se convirtió en campeón en una pelea cuando subió de división [el año pasado al derrotar a Cuadras], y ese fue el principio de todo. Ya no hay quien nos pare".
Su promotor, Eddie Hearn, también dijo que esperaba que Edwards acudiera al hospital para que le hicieran una radiografía de los daños sufridos en la mejilla izquierda, pero hablando inmediatamente después del combate, el púgil de 27 años declaró: "A partir del segundo asalto, más o menos, no pude ver por el ojo izquierdo, y me resultó muy difícil apartarme de su mano principal.
"Creo que ha sido una gran pelea, pero ha ganado el mejor.
"No podía seguir moviéndome y moviéndome y moviéndome [así que tuve que arriesgarme a negociar con él]. Sus pies eran demasiado buenos para eso. Su mano era demasiado buena para eso. Alrededor del noveno o décimo asalto ya no podía ver por los dos ojos. Mi esquina tomó la decisión de retirarme, y probablemente fue acertada.
"Es un gran boxeador. Un gran campeón. [Pero] volveré".