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Ramírez habla de López, de vivir en Estados Unidos y de ver a su hija

Para muchas personas que viven en Estados Unidos, la libertad suele darse por sentada. En cambio, quienes emigran de otro país, especialmente de uno con un gobierno comunista, tienden a aprovechar al máximo la oportunidad que se les presenta. Ése ha sido el caso de Robeisy Ramírez (13-1, 8 KO), de 29 años y campeón del peso pluma de la WBO. Ramírez emigró de Cuba hace cinco años con el sueño de triunfar y reunirse con la hija que dejó atrás.

El dos veces medallista de oro olímpico estaba montando una gran ola al llegar a las filas profesionales, pero la realidad lo abofeteó rápidamente en la cara cuando perdió su pelea de debut por decisión dividida en agosto de 2019. Fue el tipo de llamada de atención que necesitaba, y se ha mantenido invicto desde entonces. En abril, Ramírez derrotó a Isaac Dogboe para ganar el título vacante del peso pluma de la WBO, y Ramírez lograría uno de sus objetivos: ganar un título mundial.

Su otro objetivo era ver a su hija en persona, pues no la había visto desde que dejó la selección cubana en México para tener la oportunidad de triunfar en Estados Unidos. Aunque los tiempos han cambiado y estar separado de los seres queridos es un poco menos estresante con las opciones de videochat, sigue existiendo ese vacío que se siente por dentro cuando no se puede tener a esa persona cerca.

En agosto, Ramírez vio por fin a su hija, y meses después todavía se emociona. "Fue un momento en el que no hay palabras para expresar lo que sentí", dice Ramírez. "Los mismos cinco años que llevo en este país son los mismos cinco años desde la última vez que vi a mi hija. Cuando la dejé era tan pequeña; ahora es casi de mi estatura (sonríe). El abrazo que me dio fue fuerte y fue un momento que llevaba mucho tiempo esperando. Me alegré mucho de verla y estoy impaciente por tener otra oportunidad de volver a hacerlo".

Aunque no ver a su hija ya ha sido bastante pelear, vivir en Estados Unidos tiene sus propios retos. "Soy fácil cuando se trata de acostumbrarse a las cosas aquí en los EE.UU. Es un país difícil para vivir, pero cuando haces las cosas de la manera correcta, todo sale bien. Vengo de un país (Cuba) reprimido y con muchos problemas. Vine aquí a Estados Unidos y fui testigo de toda esta libertad, pero puedes verte envuelto en cosas cuando no estás haciendo lo que se supone que debes hacer".

En julio, Ramírez viajó a Japón por primera vez, y fue una experiencia que realmente disfrutó. Además de conseguir una victoria por nocaut técnico sobre Satoshi Shimizu, a Ramírez le encantó cómo le recibieron los japoneses. Dijo que le trataron como si estuviera en casa y que, si pudiera volver a hacerlo, no dudaría en aprovechar la oportunidad.

Tras aquella impresionante victoria, los aficionados a pelear empezaron a hacer de casamenteros. Querían ver a Ramírez pelear con el campeón de la IBF, Luis Alberto López (29-2, 16 KO). Los dos boxeadores siguieron el juego e intercambiaron comentarios en las redes sociales. En septiembre, López defendió con éxito su título contra Joet González, y las conversaciones de los aficionados se hicieron más fuertes para esa pelea de unificación. Algunos incluso dijeron que se estaba discutiendo dentro de Top Rank.

Ramírez sonrió cuando se le preguntó sobre esa pelea, ya que sabe que todo el mundo la está pidiendo, y dijo a ProBoxTV: "Esa pelea nunca se discutió. Los aficionados se lo imaginaban, pero en realidad nunca lo discutimos. No tengo ningún problema en pelear con él. Me gustaría pelear con él para cerrarle la boca. No sin más, ya que él no me preocupa, sino más bien su equipo, que habla mucho. Estoy listo para pelear con los mejores".

El sábado, tras la ceremonia de entrega de los premios Heisman en ESPN, Ramírez será titular contra el invicto Rafael Espinoza (21-0, 18 KOs). Espinoza, de 29 años, es un boxeador duro, con sólo tres de sus victorias en las tarjetas de puntuación. Ramírez debe demostrar una vez más que está por encima de su oponente y que está listo para peleas aún mayores. "Va a ser una gran pelea", dijo Ramírez. "Desde que se anunció, he dicho a mis fans que no se pierdan esta pelea. Tiene un buen récord y nombre y es mexicano, así que debemos venir preparados". A medida que se acerca la noche de la pelea, Ramírez sabe que el resto de la división de peso pluma estará sintonizada, y su mensaje para ellos es "Estén listos" en 2024.

Ramírez no sólo pelea por defender su título, sino también por alcanzar su próximo objetivo en la vida, que es tener a su hija a su lado de forma permanente. Una cosa es segura: Ramírez no da por sentada la oportunidad de estar en este país y quiere trabajar duro para proporcionar a su familia una vida mejor que la que él tuvo que soportar anteriormente.