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Diario de la semana del combate de Prograis vs. Zorrilla: Tercer día

Antes de que Regis Prograis subiera al escenario para pesarse el viernes por la tarde, uno de sus socios le robó el protagonismo al golpearle allí mismo mientras vestía un costoso body Rougarou hecho a medida.

Los seguidores de Prograis reconocerán "Rougarou" como su apodo, pero en este contexto lo más relevante es que el Rougarou es un símbolo del aprecio de Prograis por el folclore cajún y, más concretamente, por los cuentos de la bestia de la que se dice que tiene cuerpo de hombre y cabeza de lobo o perro y que merodea por los vastos pantanos de Luisiana en busca de niños que se portan mal.

En el interior del traje de Rougarou, que le daba vida, había un tal "Thomas", que lo fabricó a petición de Prograis, por -según sus allegados- más de 40,000 dólares. El mismo Thomas llamó la atención de Prograis porque había diseñado el Problem Bot (del que ProBox TV nunca había oído hablar) asociado al lamentable Jake Paul. Una rápida búsqueda en Google sugiere que el Thomas en cuestión es Thomas DePetrillo, de Extreme Costumes. Que fuera el complemento más inesperado a un pesaje visto por ProBox TV desde que Frank Maloney contrató enanos para asistir a uno antes de una pelea de David Price cuando Price era el Próximo Campeón del Mundo de los Pesos Pesados es quizás irrelevante. Cada vez que se detecta la influencia de uno de los Pauls en los círculos del boxeo es mucho más preocupante.

Resulta que Prograis, de 34 años, y cuatro de sus amigos más íntimos se autodenominan "La manada del lobo", en reconocimiento a un grupo de amistad que existe desde hace 26 años y contando. Splash, Buddy, Dank y Primo son los otros cuatro; todos ellos también estaban presentes cuando su amigo pesó.

Uno que no estuvo presente, y que Matchroom tampoco espera que esté presente la noche del combate, es el gran Miguel Cotto, promotor de Danielito Zorrilla. Zorrilla, de 29 años, aceptó pelear el sábado con un mes de antelación. Que su promotor y compatriota puertorriqueño no esté en Nueva Orleans para apoyarle -el de Prograis, Eddie Hearn, llevaba un jersey con la marca de Nueva Orleans- es quizá un reflejo de lo poco que se espera que gane.