En el transcurso de su derrota ante Gervonta "Tank" Davis, Ryan García quedó expuesto como un unidimensional.
Había estado indeciso sobre quién esperaba que ganara. Cuando hablaba en ProBox TV elegí a Davis, pero cuando llegó la pelea volví a apostar por García.
García sin más no peleó con suficiente engaño. Sabemos que tiene un gran gancho de izquierda, pero si lo comparas con Tank - Tank mostró una gran cantidad de niveles, y con ello el engaño. Tank cambiaba de ritmo y variaba la naturaleza de sus ataques. García no lo hacía, así que en el momento en que Tank estaba cronometrando a García, García estaba luchando con la variedad de Tank.
Lo lanzaba casi todo con potencia, y sin lanzar otros golpes para preparar esa potencia. No hizo fintas, y no cambió su enfoque. Su potencia de fuego debe complementarse con sutileza para vencer a los mejores boxeadores del mundo; la diferencia de calidad entre los dos boxeadores se hizo cada vez más evidente a medida que avanzaba el combate.
García empezó con confianza: la ignorancia puede ser una bendición. Pero esa confianza se fue erosionando visiblemente a medida que el combate avanzaba. El hecho de que no hiciera fintas ni mostrara ningún cambio de velocidad o sutileza me hace cuestionar su coeficiente intelectual boxístico.
Ése es el tipo de cosas que un boxeador puede desarrollar con un buen entrenamiento, porque puede obligarle a descubrirlas, así que también me hace cuestionar la calidad de su entrenamiento y su deseo de entrenar, sobre todo teniendo en cuenta que se estaba preparando para un zurdo atlético.
En última instancia, después de ese golpe al cuerpo en el segundo asalto, creo que abandonó. A medida que avanzaba el combate, Tank mejoró su sincronización y se acercó más a García: había establecido una mayor presencia frente a él y empezaba a asestar golpes mejores, más potentes y desde más cerca, todo ello sin sacrificar su nivel de engaño.
A García le costaba golpear a Tank a pesar de tenerlo delante, y también recibía más golpes a cambio. El golpe al cuerpo no fue lo suficientemente fuerte como para terminar la pelea. Se podía ver que estaba herido, y lo suficientemente herido como para tomar una rodilla, pero cuando estaba allí, Ryan sabía que la segunda mitad de la pelea iba a ser aún más difícil que la primera. García se había quedado sin respuestas a las preguntas que le hacían; Tank seguía respondiendo a todas las preguntas y bien podría haber tenido otras en reserva.
Esto podría ser incluso una consecuencia de convertir en estrellas a los boxeadores a través de las redes sociales. Cuando un boxeador se siente cómodo económicamente, es menos probable que profundice en esas situaciones, y tiene menos pasión por aprender sobre las sutilezas de su oficio. Ambas cosas pueden volverse en contra del boxeador en una pelea.
El peso de captura de 136 libras y la cláusula de rehidratación no deben pasarse por alto, pero cuando el promotor de García, Oscar De La Hoya, habló con ProBox TV la semana pasada, dijo que García no sólo estaba haciendo bien el peso, sino que se mantendría en el peso ligero durante un tiempo, algo que alguien que lucha por hacer peso no haría. Las 10 libras que la cláusula de rehidratación estipulaba que podía ganar son, para un peso ligero, un margen bastante grande.
Vi más capas en Tank de las que había visto nunca, y ya había demostrado muchas. Su inteligencia boxística y el nivel que aporta a su estilo agresivo son realmente dignos de ver. Cuando se compara a los mejores pesos ligeros -maestros del boxeo como Shakur Stevenson, Devin Haney y Vasyl Lomachenko- con Tank, a éste se le considera un boxeador bastante bueno y un pegador realmente bueno. Está claro que Tank sabe pegar, pero contra un rival capaz de aguantar hasta la segunda mitad del combate haciéndole preguntas, se ve lo inteligente que es como boxeador. Estuvo muy, muy impresionante.
Es uno de los mejores boxeadores del mundo. En mi opinión, Stevenson es el mejor peso ligero del mundo, pero Tank -como Haney y Lomachenko- también pertenece a esa conversación, y una actuación como la suya contra García debería hacer que cualquiera reconsiderara al menos sus pretensiones a ese mismo título.
