https://cdn.proboxtv.com/uploads/cruz_d3a6e0c9b5.jpg

El campeón olímpico optó por resistirse al camino trillado de Cuba

Andy Cruz eligió conscientemente resistirse a seguir los mismos caminos que otros boxeadores profesionales cubanos cuando se trasladó a Filadelfia para trabajar a las órdenes de Derek "Bozy" Ennis.

El sábado, en el Masonic Temple de Detroit contra el mexicano Juan Carlos Burgos, el medallista de oro olímpico hace su esperado debut profesional.

Cuando lo haga, Ennis estará en su esquina, a pesar de que sus compatriotas Ismael Salas y Jorge Rubio -ubicados respectivamente en Las Vegas y Miami- parecían en su día citas más probables.

La ex compañera y amiga de Cruz, Robeisy Ramírez, se ha desarrollado admirablemente a las órdenes de Salas. Uno de sus predecesores, el gran Guillermo Rigondeaux, pasó periodos a las órdenes de ambos.

La técnica y los instintos que hicieron de Cruz un aficionado tan bueno tendrán que evolucionar para hacerle más apto para el boxeo profesional -especialmente en una división de peso ligero tan competitiva en la que se espera que reinen Gervonta Davis y Shakur Stevenson, si no Devin Haney- y es también en gran parte por esa razón por la que Ennis fue identificado para ayudar a Cruz a desarrollar su potencial.

"Todo es diferente", dijo el jugador de 27 años. "Voy a tener que protegerme más. No voy a seguir igual, tácticamente, porque sé que aquí es más peligroso. Hay guantes diferentes; vendas diferentes; todo es diferente.

"Yo quiero hacer todo diferente a todos los boxeadores cubanos que vienen a Estados Unidos. Sé que en este lugar voy a hacer la mejor transición, porque vi el trabajo que Bozy hizo con su hijo [Jaron "Boots" Ennis] - es uno de los mejores boxeadores ahora.

"Su padre es uno de los mejores entrenadores de aquí. Así que es el mejor lugar para hacer una transición en Estados Unidos porque son los mejores aquí, en Filadelfia. Filadelfia es una ciudad de boxeo; voy a aprender mucho.

"Me siento muy feliz aquí. Me siento más cómodo, por la forma en que nos recibieron aquí. Quieren trabajar duro conmigo; me prestan mucha atención; siempre son muy buenos enseñándome a hacer todo.

"Intento adaptarme a este nuevo mundo. Quiero conseguirlo todo, como cuando era boxeador aficionado. Me centro en mejorar mi vida. Hacer lo que he venido a hacer.

"Lo único [que hago] es descansar, ya que el entrenamiento aquí es muy duro. Todo es nuevo para mí, así quedescanso".

Cruz ha estado viviendo en un hotel de Filadelfia con su cogestor Yolfri Sánchez, que también le transporta regularmente de ida y vuelta al gimnasio de Ennis y a veces le ayuda a traducir las instrucciones que, de otro modo, al entrenador le costaría comunicar.

"Elegí a [Bozy Ennis], luego hablé con [Andy] y se lo hice saber", explica Sánchez. "Es muy humilde; escucha a todo el mundo. Todo el equipo quiere hacer todo diferente [de la ruta más tradicional de otros boxeadores cubanos] con él, y él se siente cómodo con eso".

"[Ennis es] serio con su boxeo. He visto todos los vídeos; he visto cómo entrena Boots; entrena tres veces al día; trabaja mucho. A veces no es bueno tener a tu alrededor a la misma gente de tu país, puedes perder la concentración. Aquí está solo. Trabaja y entrena todos los días, sin distracciones".

Del mismo modo que Cruz tuvo que abandonar Cuba -vivía en Matanzas- para seguir su carrera como boxeador profesional, Sánchez deja atrás a su familia en Atlanta cuando Cruz está comprometido con su campamento.

Cruz tiene un hijo de un año, Anthony Taylor, que crece sin él en Cuba. También es consciente de que los sacrificios que está haciendo podrían venirle pequeños si no mantiene su disciplina.

"Echo mucho de menos a mi familia", afirma. "Lo más difícil de todo esto es echar de menos a mi familia, estar lejos de ellos. Tengo un hijo que ahora tiene un año. Quería un nombre diferente [para él], y me gustó el nombre [Cruz y la madre de su hijo se han separado, pero su novia permanece en Cuba].

"Es muy duro, porque todos los padres quieren estar ahí para su hijo. Es muy difícil perderme los primeros pasos de mi hijo. Hago todo esto por él y por mi familia.

"Les pasa a muchos cubanos cuando vienen a Estados Unidos y tienen toda esa libertad. Cuando los boxeadores consiguen la libertad, muchos boxeadores empiezan a hacer muchas cosas, pierden la concentración en su trabajo. Hay muchos boxeadores que entrenan y lo hacen todo bien. [Pero] la libertad es una de las cosas que pueden volver loco a uno.

"Quiero ser diferente. Vine a este país para conseguirlo todo, para ser uno de los mejores boxeadores del mundo. No vine a jugar".