Padraig McCrory, de Belfast, está a que una victoria de convertirse en aspirante a las 168 libras.
El próximo 24 de febrero peleará contra Edgar Berlanga en el Caribe Royale de Orlando (Florida) en su mayor prueba, y lo hará después de haber tenido en el punto de mira durante mucho tiempo al puertorriqueño afincado en Brooklyn.
Berlanga se labró una temible reputación al principio de su carrera: sus 16 primeros combates terminaron por nocaut en la primera ronda. Desde entonces, no ha conseguido ni una derrota en sus últimos cinco combates, todos ellos ganados por decisión unánime.
"Sé que estoy más que preparado para pelear", declaró McCrory a ProBox TV. "Me ofrecieron pelear con Berlanga el pasado mes de junio y llegamos a un acuerdo, pero entonces Matchroom anunció la pelea con Jason Quigley. Fue una sorpresa. Acabé disputando 10 asaltos en Belfast [contra Steed Woodall]. Pero éste es el gran combate que estoy buscando.
"Es un buen boxeador. Tiene grandes cualidades, pero aún no creo que esté acabado. Tiene defectos; también hay muchas historias de caídas en los entrenamientos y en sus peleas de aficionados. Creo que Quigley ganó todos los asaltos en los que no le derribaron; le derribó cuatro o cinco veces en esa pelea. Una vez más, mostró defectos en su juego.
"Quigley tampoco es un gran pegador como yo. Pero Quigley es un gran boxeador y ha demostrado que Berlanga puede recibir golpes limpios. Eso es lo que pienso hacer".
El púgil de 35 años llega al enfrentamiento de la semana que viene en el peso supermedio con nueve años de ventaja sobre Berlanga, a pesar de que éste se hizo profesional poco más de un año antes.
"Hemos pasado la mayor parte del campamento en Belfast, es donde paso todos mis campamentos", prosiguió McCrory, que hablaba desde una promoción de boxeo local en el Ulster Hall de la ciudad. "Estuve trabajando en la puerta [de un club nocturno], de eso hace unos cuatro años. Hasta hace poco trabajaba como entrenador personal. La gente del boxeo cree que ganas millones, pero no es así. Tengo tres niños pequeños en casa, y para mí esa es mi principal prioridad. Trabajaré donde sea. El boxeo es secundario. Pero ésta es una gran oportunidad, una que puede cambiar mi vida".
McCrory se la jugó cuando en el 2022 viajó a Fráncfort para pelear en el peso semipesado contra el entonces invicto aspirante alemán Leon Bunn. Procedió a ganar convincentemente en una velada en la que derribó repetidamente a su oponente antes de ganar en el sexto asalto.
"Al principio de mi carrera todo eran ofertas de entradas hasta que fui a Alemania", declaró. "Gané el título de la IBO en el peso semipesado. Fue la única vez que empecé a ganar dinero con el boxeo. Para ser sincero, probablemente no necesite trabajar, pero sin más no sabes cuánto va a durar el boxeo. Tengo un negocio personal, sería una tontería dejarlo porque complementa el boxeo.
"Ahora paso mucho tiempo con mi familia y entreno como boxeador a tiempo completo, pero también trabajo. En este campamento he dejado todo eso atrás para centrarme en esta pelea. Es bueno tener la experiencia de entrar como boxeador visitante y como no favorito, porque es el tipo de pelea que tengo delante otra vez."