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Mayer abraza su nueva etapa en las 147 libras antes de la pelea por el título con Jonas

La ex campeona del peso superpluma de la WBO, Mikaela Mayer, es una de un aparente puñado de talentos estadounidenses que han saltado a la fama con la creciente popularidad del boxeo femenino.

Sin embargo, a pesar de sus éxitos, Mayer (19-1, 5 KOs) regresa al Reino Unido por cuarta vez consecutiva, después de haber debutado en octubre del 2022 en el 02 Arena de Londres, donde perdió una controvertida decisión ante Alycia Baumgardner en un combate por el título indiscutible.

Mayer se ha convertido en una fija en las costas del Reino Unido, planeando sus próximos pasos, y ahora se enfrenta a Natasha Jonas (14-2-1, 9KOs) en Liverpool el sábado, con Jonas defendiendo su título mundial de peso wélter de la IBF.

Jonas se lleva la mayor parte del protagonismo al defender su título mundial en su ciudad natal, pero Mayer está más que preparada para desempeñar su papel.

"Se trata de una gran pelea, en la que, sin duda, se respira ese aire de gran combate, pero éstas son las peleas en las que quiero estar", declaró Mayer a Sky Sports.

"Quiero el nombre de Natasha Jonas, quiero estar en su ciudad natal, quiero estar en un gran escenario como el M&S Bank Arena. Quiero ser el centro de atención porque siento que eso saca lo mejor de mí".

Si tiene éxito, Mayer reveló que existe una cláusula de revancha obligatoria en el acuerdo de lucha en caso de que destrone a su compañera ex olímpica.

"Se abre la puerta a una revancha [si Mayer derrota a Jonas], contractualmente, así que existe eso, pero [es] pelea a pelea", prosiguió Mayer.

"Tengo que vencer a Natasha Jonas dos veces. Ése es mi principal objetivo".

Mayer comenzó su carrera en el peso superpluma y ha peleado en las divisiones de peso ligero y superligero en otros tantos combates. Cree que su transición a las 147 libras le permite sentirse más cómoda, ya que sus días en las 130 libras han terminado.

"Soy mucho más natural en este peso", explicó Mayer. Creo que a mucha gente le sorprende lo grande que parezco, pero lo que no entienden es que a mi cuerpo le ha costado mucho bajar a un peso antinatural como las 130 libras".

"Reducir tanto y fluctuar entre medias y llegar a un punto tan extremo afecta mucho al cuerpo y a las hormonas.

"Es la primera vez que me permito tener ese peso y desarrollar músculo".

El estrés y las presiones de no tener que bajar más han tenido un efecto positivo en Mayer, que está entusiasmada por demostrar las mejoras en su rendimiento como resultado.

"Esto es lo mejor que he sentido nunca, y ya estamos cerca del peso", dijo en la semana de la pelea. "Estoy emocionada por subir al ring y demostrar lo que me aporta el nuevo peso. Soy una atleta y éste es mi cuerpo, y lo conozco bien. Sé que he estado haciendo todo bien".

Sin embargo, los cambios más positivos que Mayer ha descubierto al embarcarse en sus nuevas aventuras en el peso son los de índole personal, de bienestar, que, en su opinión, la hacen mejor boxeadora.

"Pienso con más claridad, soy más feliz y tengo más confianza en mí misma", afirma. "Créeme, soy mejor boxeadora por ello".