La pelea de este fin de semana entre Josh Taylor y Teófimo López en el Madison Square Garden es una pelea muy, muy buena - e igualmente difícil de calificar.
Si el boxeo fuera un deporte más popular, ambos podrían convertirse fácilmente en estrellas del boxeo porque están entre los mejores boxeadores del mundo. Yo peleé con Miguel Cotto en la arena del Madison Square Garden, y contra Amir Khan y en los Guantes de Oro en el teatro. Si el teatro se llena -y ha habido algunos combates realmente buenos allí, como Arturo Gatti-Wilson Rodríguez en 1996- el ambiente será sin más el adecuado.
Pero ambos boxeadores son enigmas. Los hemos visto en su mejor momento y el tipo de boxeadores a los que han vencido cuando estaban en su mejor momento, y luego cómo han rendido en otras ocasiones. No siempre se pueden tener grandes noches cuando siempre se pelea contra los mejores rivales, y en sus últimos combates ambos pelearon contra boxeadores muy buenos que no eran especialmente conocidos. Jack Catterall, que merece la revancha con Taylor, es un boxeador muy bueno; Sandor Martin retiró a Mikey García.
Además, Taylor peleará por primera vez con Joe McNally como entrenador. Los matrimonios entre boxeadores y entrenadores pueden ser fríos y calientes: en algunos casos ayuda ir directamente a un gran combate, y en otros lleva tiempo que un boxeador y un entrenador se compenetren.
Hubo un tiempo en que creía que un buen entrenador siempre sería un buen entrenador, independientemente de los estilos, porque creía que adaptaría sus métodos de entrenamiento a los puntos fuertes del boxeador y enseñaría otras cosas a un buen boxeador. El tiempo y la experiencia me han enseñado la importancia de la personalidad y los estilos entre boxeadores y entrenadores, y que algunos entrenadores son más fuertes con unos estilos que con otros. Hay veces en que los boxeadores deben alejarse incluso de los buenos entrenadores si el estilo no es el adecuado.
Martin es un boxeador muy capaz, del que había oído hablar bien incluso antes de que firmara para pelear con García, por lo que una mayor preocupación desde la perspectiva de López que su actuación contra Martin fue la forma en que perdió ante George Kambosos Jr en el 2021. También había visto a Kambosos Jr antes de esa pelea y, aunque duradero, parecía lo suficientemente ordinario como para esperar que no fuera competitivo.
Hay que ser psicólogo y analista de boxeo para poder predecir con seguridad el resultado de Taylor-López, por lo temperamentales que son ambos. La mejor versión de Taylor -el campeón superligero de la WBO- contra la mejor versión de López es una de las mejores peleas que el dinero puede comprar, pero es imposible saber si esas versiones aparecerán, incluso si podemos confiar en que esas versiones todavía existen.
Viendo a Taylor vencer a José Carlos Ramírez en 2021 y a López convertirse en el único boxeador en vencer a Vasyl Lomachenko sin controversia en el 2020 no parecía haber límite a lo buenos que podrían ser ambos. Pero Taylor viene de una lesión en el pie y López ha sido cancelado por su vida privada y salirse de los carriles con algunas de las cosas que ha dicho - que es algo con lo que puedo relacionarme, habiéndolo hecho yo mismo.La combinación de golpes de Taylor, y López diciendo que no va a seguir siendo un boxeador de ESPN - que potencialmente lo perjudica, políticamente - independientemente casi le da a Taylor la ventaja.
Con Regis Prograis, Catterall, Martin y Ryan García también en el peso superligero, la última vez que la escena de los pesos 10 fue tan emocionante fue cuando Ricky Hatton y Miguel Cotto eran sus nombres más importantes. Floyd Mayweather también estaba de paso por aquel entonces; Gatti y Junior Witter eran competitivos; Tim Bradley y yo estábamos por llegar.
Catterall se dio a conocer contra Taylor. Si sigue dando una buena imagen y sigue ganando contra rivales de ese nivel -aunque no gane siempre- y está a la altura de las expectativas que creó contra Taylor, puede asegurarse de que se exija la revancha con Taylor.
Martin está en una posición similar a la de Catterall, y Prograis es otro boxeador estupendo que merece más atención y que, con Matchroom y sus numerosas citas televisivas, por fin puede conseguirla.
Sin embargo, me pregunto si García quiere o no ser boxeador. Tiene muchas cosas buenas en su vida fuera del boxeo, y puede llegar muy lejos sin más que abrazar esa positividad.
Otro combate emocionante y competitivo, también el sábado, tendrá lugar en Ontario en el peso supermedio entre Jaime Munguia y Sergiy Derevyanchenko.
Munguia es emocionante y muy capaz ofensivamente, lo que le hace divertido de ver, pero tiene muchos defectos defensivos, por lo que le ayuda tener un buen mentón que le permite no tener miedo de meterse en el bolsillo y luchar.
Derevyanchenko tiene cualidades similares pero, técnicamente, es un poco mejor, lo que hace que sea una pelea arriesgada para Munguia. Derevyanchenko ha pasado desapercibido como profesional -fue un aficionado de alto nivel que compitió en los Juegos Olímpicos y en las Series Mundiales de Boxeo- y podría haber obtenido la decisión que le fue adversa cuando peleó contra Carlos Adames en el 2021. Será un combate violento, de acción total, en el que ambos boxeadores se desgarrarán mutuamente.
