El campeón mundial pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), Leigh Wood, ha abierto la puerta a la posibilidad de una revancha entre él y Josh Warrington tras el entretenido duelo que ambos protagonizaron en el Sheffield Arena el pasado fin de semana.
Wood, que defendía por primera vez su segundo título de la WBA frente a Warrington, sobrevivió a las primeras embestidas del aspirante, demostrando que no está ni mucho menos acabado en la máxima categoría del peso pluma.
La tónica se mantuvo hasta el séptimo asalto, y en los últimos compases del mismo, Wood asestó un colosal izquierdazo a Warrington, al que siguió una ráfaga de golpes que enviaron a Warrington a la lona.
A pesar de levantarse, el árbitro Michael Alexander detuvo el combate, alegando que Warrington no estaba en condiciones de continuar, pese a las protestas del padre y entrenador de Warrington, Sean O'Hagan.
Warrington, emocionado, pidió la revancha al considerar que iba por delante en las tarjetas en el momento de la parada, y criticó al árbitro Alexander por quitarle un punto en el séptimo asalto por golpes detrás de la cabeza, insistiendo en que no se le había dado una última advertencia por las faltas que se consideraba que había cometido.
Tras el combate, Warrington continuó con sus protestas, para enfado de Wood, que creía que el ex bicampeón mundial del peso pluma de la IBF le estaba desacreditando. Sin embargo, Warrington se disculpó y felicitó a Wood por su victoria, pero pidió la revancha en los términos más educados.
Wood respondió en sus propias redes sociales, elogiando a Warrington y entendiendo sus frustraciones en la derrota y que no se lo tomara como algo personal, al tiempo que decía que "con mucho gusto" le daría otra oportunidad.
"Respeto", publicaba Wood en Facebook. "Josh demostró por qué todavía pertenece a este nivel, y con mucho gusto le daría otra oportunidad. Las cosas siempre se dicen en el calor del momento, pero no tengo nada más que respeto por él como boxeador y como hombre".
Si se produce una revancha, es probable que el combate se celebre en la división de peso superpluma, ya que ambos boxeadores admiten que cada vez resulta más difícil llegar con seguridad al límite de 126 libras del peso pluma.