El peso supergallo Lee McGregor promete volver con más fuerza tras la primera derrota de su carrera el pasado viernes en Edimburgo, su ciudad natal.
McGregor se quedó corto en su primer intento de hacerse con una versión del título mundial tras una exitosa racha de títulos que incluye el británico, el de la Commonwealth y el europeo.
McGregor (12-1-1) cayó por decisión unánime ante Erik Robles (14-1) con tarjetas de 115-113, 116-113 y 115-113 en un combate muy competido en el que la acción fluyó con poca intervención del árbitro, Steve Gray.
Después del combate, McGregor tuvo que recibir atención médica por una dolencia ocular debido al agotador combate, en el que ambos boxeadores tuvieron momentos de éxito.
Lee declaró que le gustaría buscar la revancha con Robles y pelear de nuevo por el título mundial de la OIB, y el promotor Kalle Sauerland ha declarado que es una de las opciones disponibles para McGregor y Wasserman tras la victoria de Robles.
"Hubo algunos problemas antes de pelear que mucha gente desconoce y no estaba ni mucho menos al cien por cien", explicó McGregor al Edinburgh Evening News.
"Tienes que estar al cien por cien para pelear así. Pero fue una pelea fantástica, en la que me encantó participar y me alegro de que los aficionados la disfrutaran. Sé a ciencia cierta que cuando solucione estos problemas podré vencer a ese tipo. Quiero la revancha, sin ninguna duda. Si quitamos la pelea de marzo, estuve 13 meses inactivo, así que el momento no estaba de mi lado, y nadie me habría culpado si la hubiera rechazado.
"Pero el viernes por la noche demostré una vez más el guerrero que soy. Tengo que sentarme con el equipo, pero quiero hacerlo bien. Lo bueno que fue ese combate me está dando muchas ganas de revancha y va a ser enorme y más grande de lo que fue el viernes. Fue mi primer gran espectáculo en Edimburgo y mira lo que hice. El resultado no fue a mi favor, pero créanme cuando les digo que lo arreglaré y conseguiré el cinturón".
