Algunas observaciones al azar mientras la Convención del 2023 del IBF llega a su fin:
* Si algunas convenciones de otros alfabetos son el equivalente en boxeo a las reuniones de televangelistas, la del IBF es más parecida a una fiesta de la Iglesia de Inglaterra. Se trata esencialmente de dos días de reuniones, la mayor parte de los cuales se dedica a tres seminarios -sobre arbitraje, jueces y cuestiones médicas- más una sesión de dos horas en la que los promotores y managers suplican que sus boxeadores sean clasificados o que se mejore su clasificación.
* Un ejemplo: en la última sesión general, los asistentes tuvieron la oportunidad de hacer recomendaciones sobre lo que podría mejorarse la próxima vez. La única sugerencia fue que el banquete de clausura podría ser un poco más corto para que algunos pudieran acostarse antes.
* Otro ejemplo: la sesión final estaba programada para 90 minutos el jueves por la mañana. Al cabo de treinta minutos, nadie tenía nada más que decir y se dio por concluida la reunión.
* En tercer lugar, no tengo ninguna observación nueva que añadir al diario final, por lo que voy a rellenar el recuento de palabras con esta lista de viñetas destacadas.
* Gran parte de esto puede ser un reflejo de la personalidad del presidente de la organización, Daryl Peoples. Incluso él admite que la mayoría de los aficionados hablarán de la lista de los jefes de la WBC como "Maurico Sulaiman, Gilberto Mendoza, Paco Valcarcel y el tipo de la IBF". Preguntado por este periodista sobre por qué no pasa más tiempo ante las cámaras y presionando en carne propia, confiesa esencialmente que prefiere pasar el tiempo con su mujer y sus hijas.
* Lo que más esperaba era la reunión del comité de audiencias. No sé muy bien lo que esperaba, pero creo que tal vez me había permitido imaginar broncas, gritos y peleas entre promotores rivales que se disputaban una posición ventajosa para sus boxeadores. En consonancia con el tenor de la reunión, no hubo nada de eso. Al menos para mí, hubo un ligero y divertido ambiente de Juego de Tronos, cuando las casas rivales suplican ante el ocupante del Trono de Hierro. "Soy Dombroff de la Casa DiBella, el Primero de su Nombre, y te suplico que veas con buenos ojos los talentos de Miguel de Magnesi y lo clasifiques en consecuencia".
* Lejos de los gritos y las discusiones, el comité de clasificación se mostró sorprendentemente colegiado, con más de un ejemplo de "Oh, sí, venció a uno de los míos. Es bueno. Deberías clasificarlo mejor".
* El comité de clasificación coincidió con el seminario de jueces, así que me perdí este último. Pero los otros seminarios a los que asistí, sobre arbitraje y cuestiones médicas, fueron realmente fascinantes.
* A propósito de lo cual: en la conferencia hay muchos árbitros novatos y neófitos. Para ellos, los grandes árbitros son como estrellas del rock, y Steve Willis en particular es una mezcla de Springsteen y Steven Tyler. (¿Se nota que soy un hombre blanco de cincuenta y tantos años?) Para mantener una conversación con Willis en este ambiente hay que arrancarle una frase de aquí y otra de allá mientras posa para los selfies.
* Conclusión general: Más medios de comunicación deberían acudir a estos eventos. Sí, quizás necesito desprogramarme. Quizá soy demasiado criatura del establishment del boxeo y por tanto "parte del problema". Pero es realmente valioso escuchar a los oficiales explicar su trabajo y su razonamiento para tomar las medidas que toman - y esa es una rara oportunidad dado que la mayoría de las comisiones no permiten que sus oficiales hablen con los periodistas después del combate.
* La semana que viene, el roadshow del boxeo se traslada al este, a Canastota (Nueva York), para asistir al fin de semana de la inauguración del Salón Internacional de la Fama del Boxeo. Nos vemos allí.
