El invicto aspirante al título de los pesos pesados Justis Huni confía en lograr el sábado en Cancún una victoria contra Andrew Tabiti.
El 7-0 de Brisbane, en Australia, fue un aficionado condecorado que tiene grandes planes en los profesionales.
Huni es consciente de que primero tiene cuotas que pagar, pero confía en encabezar las grandes cuentas en su país natal y quiere seguir los pasos de su amigo Jai Opetaia, que ostenta el título de peso crucero de la IBF.
"Poco a poco me estoy forjando y ganando el derecho a estar en esa posición y decidir dónde voy a pelear", declaró Huni. "Quiero pelear algún día en el Suncorp Stadium, como hizo Jeff Horn contra Manny Pacquiao, y eso sería muy importante para mí, sobre todo en mi ciudad natal, Brisbane. Me encantaría que se agotaran las entradas".
Sin embargo, Tabiti es una prueba de fuego. Está 20-1 (16 KOs), aunque ha hecho campaña como peso crucero.
"Nos estamos tomando los combates de uno en uno y estamos exhibiendo mis habilidades para que la gente de todo el mundo sepa quién soy y, con suerte, en un futuro próximo podremos traer los grandes combates de vuelta a Australia", añadió Huni.
Huni se está abriendo camino tras sufrir una decepción en los torneos amateurs, cuando se suponía que era su momento de brillar. En primer lugar, tuvo que retirarse de los Campeonatos del Mundo de 2019 en la fase de semifinales por enfermedad, y después una lesión en los nudillos le impidió viajar a los Juegos Olímpicos del 2020.
"Me retiré de ese torneo", recuerda Huni sobre los Mundiales. "Peleé mi combate de cuartos de final indispuesto, tenía un pequeño virus estomacal y perdí mucho peso. Estuve allí dos semanas y probablemente perdí entre 7 y 10 kilos en esas dos semanas, por no comer y porque me pasaba algo en el estómago. Salí de cuartos de final con una victoria, pero en semifinales no tenía fuerzas ni energía para seguir luchando. Estuve vomitando todo el día, así que decidimos no pelear.
"Como boxeador, quería seguir adelante, pero si hubiera ido a pelear no habría estado al cien por cien. Estuve sudando y vomitando todo el día. Mi rival podría haberme contagiado algo de mí. Fue duro para mí, era mi primer Campeonato del Mundo de élite y tuve que retirarme".
Eso era malo, pero las cosas empeoraron. Huni alcanzó un nuevo mínimo histórico cuando se truncó su sueño olímpico.
"Poco antes de que voláramos para prepararnos, me había convertido en profesional, había peleado cinco veces como profesional y, antes de la quinta, me lesioné el nudillo y, una vez más, tuve otro contratiempo y tuve que cancelar los Juegos Olímpicos, lo que para mí fue el mayor contratiempo de mi vida", explicó Huni. "Todo lo que había hecho hasta entonces era para los Juegos Olímpicos de 2020. Todos mis combates amateur y todo era para ese momento, por desgracia tuve que retirarme y eso me enseñó a seguir adelante. Siempre hay otra puerta que abrir cuando una se cierra. Sin más, tenía que ser positivo".
Ahora Justis intenta recuperar terreno en los profesionales. El joven de 24 años, que solía ver a boxeadores de la talla de Pernell Whitaker, Mike Tyson y Evander Holyfield ("Eso es lo que me ha convertido en el boxeador que soy hoy, aprender de esos tipos cuando era más joven") con su padre, está con Matchroom y el promotor Eddie Hearn con la esperanza de lograr grandes cosas.
Huni ya ha recorrido un largo camino, desde aquel joven que decidió boxear en lugar de jugar a la liga de rugby.
"Empecé jugando a la liga de rugby y pasé a boxear sin más, para mantenerme en forma mientras jugaba a la liga de rugby, y acabé cambiando por completo y dedicándome al boxeo a tiempo completo, desde los 13 años", añadió Huni.
"Cualquiera que fuera el deporte que hubiera elegido, creo que habría llegado muy lejos, siempre apuesto por mí mismo y doy el cien por cien en todo lo que hago. Estoy agradecido por haber elegido el boxeo. Sólo puedo confiar en mí mismo. Esa fue una de las principales razones por las que elegí el boxeo. Sólo tengo que depender de mí mismo, y todos los resultados que obtengo de esto dependen de mí mismo y de lo que estoy dispuesto a poner en ello. Me alegro de haber tomado esa decisión y de haber llegado hasta donde estoy hoy".
Hearn asistió a uno de los combates de Huni a finales del año pasado, cuando decidió fichar al púgil.
"Es muy astuto, muy hábil, y al pasar del peso crucero será un pegador nítido", declaró Huni. "Estoy deseando verlo. Será un buen combate. Estoy impaciente por volver ahí fuera".
Hearn también fichó a Opetaia, que al igual que Huni quiere pelear en casa, en Australia. Los dos boxeadores son amigos.
"Estamos muy unidos", dijo Huni sobre su relación con el campeón del peso crucero. "Solíamos hacer muchos asaltos juntos, ahora depende de los rivales que tengamos. Si tengo un oponente ortodoxo, hago de sparring con boxeadores ortodoxos y él es zurdo, pero hemos hecho muchos asaltos juntos, cuando crecía, cuando aún no era profesional. Nos hemos ayudado mutuamente en los asaltos y ahora no está muy lejos de mí, sólo está a unos 30 minutos. Está al siguiente nivel. Siempre he dicho cuando la gente pregunta quién es el sparring más duro contra el que te has enfrentado y él tendría que estar ahí arriba como uno de los mejores, muy agudo y, siendo zurdo, le da esa pequeña ventaja... y su juego de pies... es un boxeador con mucho talento y también es un gran trabajador".
Pero eso no significa que la amistad no pueda dejarse de lado en el futuro para que ambos hagan realidad sus respectivos sueños de boxear en un gran espectáculo en Australia, el uno contra el otro. Opetaia ha hablado de subir algún día a los pesos pesados.
"Sería una situación en la que todos saldríamos ganando", afirmó Huni. "Creo que hemos hablado de ello antes, pero nunca se concretó, sobre todo porque estamos en el mismo equipo, y no se ha vuelto a concretar, pero creo que sería enorme y beneficioso para el boxeo australiano. Creo que su objetivo [el de Opetaia] es unificar la división del peso crucero y, después de ese último combate, mucha gente le apoya para conseguirlo".