El invicto púgil de 140 libras Gary Antuanne Russell dice que está listo para pelear por un título con púgiles de la talla de Regis Prograis o Rolly Romero a finales de año.
Russell (17-0, 17 KOs) logró el octavo nocaut en el primer asalto de su carrera el 12 de agosto, cuando derribó y detuvo a Kent Cruz con un golpe al cuerpo, después de haberlo enviado a la lona con un zurdazo. Pero cuando se le sugirió durante un reciente episodio del Showtime Boxing Podcast que podría enfrentarse a un contendiente como Richardson Hitchens o Brandun Lee, Russell dejó claro que tenía peces más grandes que freír.
"No estamos tratando de ir hacia atrás", dijo. "Voy a por Regis Prograis. ¿Quién más? Ah, sí, Rolly Romero. Está clasificado. Creo que tiene uno de los títulos. Al principio, era Josh Taylor, pero ahora me he fijado en Teófimo López porque es titular".
La victoria sobre Cruz fue la primera pelea de Russell en un año y solo la cuarta desde febrero del 2020, y dice que quiere estar más activo en el futuro -aunque, señala, su reciente inactividad debe mucho a algunos contratiempos personales importantes-. La unida familia quedó tambaleándose cuando el hermano de Russell, Gary Boosa Russell, murió de un ataque al corazón con solo 25 años en noviembre del 2019; y en mayo del año pasado, el patriarca y entrenador de la familia, Gary Russell Sr., murió de complicaciones de la diabetes.
"Fue mucho dolor y pasar por ello", dijo. "Algunas cosas no estaban del todo bien. Y si no estás bien de la cabeza en este deporte, te puedes hacer mucho daño". A eso hay que añadir una lesión en la mano.
"Me lesioné el pulgar izquierdo en el campo de entrenamiento", explicó. "Y tuve que ir al traumatólogo para que me mirara la mano. Así que, me dije: 'Oye, supongo que esto no es la velocidad de Dios'. Pero estamos listos para la próxima".
Con el fallecimiento de Gary padre, el hermano mayor de Russell, el ex campeón del peso pluma Gary hijo, se ha hecho cargo de las tareas de entrenamiento. Russell dice que, al mantenerse todo en familia, el cambio forzoso ha sido perfecto.
"Es como si tuviéramos la memoria muscular de esa unión cuando entrenamos", afirma. "Por supuesto, todavía tienes que pagar. Tienes que esperar a que llegue al gimnasio. Pero puedo llamar a mi hermano a las tres o las cuatro de la mañana y decirle: 'Oye, hermano, puede que llegue un poco tarde'. O 'Oye, voy a llegar temprano'. O '¿Cuál es el plan? ¿Quieres cambiar y hacer entrenamiento acuático esta vez?' En cualquier caso, podemos cambiar los planes sobre la marcha. Y están dispuestos, porque todos intentamos ayudarnos mutuamente. Nos alimentamos mutuamente. Supongo que esa es la gloria de ser entrenado por mis hermanos".
