Stephen Fulton ha revelado los demonios a los que se habría enfrentado Vergil Ortiz cuando se vio obligado a retirarse de su pelea con Eimantas Stanionis.
Fulton defiende el martes en Tokio sus títulos de la WBC y la WBO del peso supergallo en su combate decisivo contra Naoya Inoue, y lo hace como uno de los mejores boxeadores del mundo tras haberse recuperado previamente de un contratiempo con su salud.
Cuando Fulton tenía previsto pelear por primera vez por el entonces vacante título de la WBO contra Angelo Leo en julio del 2020, se vio obligado a retirarse a última hora al dar positivo por coronavirus. Entonces tuvo que esperar seis meses para pelear contra Leo por el título que Leo había ganado en su ausencia.
Fulton respondió ganando su primer título y mejorando su reputación con victorias sobre Brandon Figueroa, cuando también ganó el título de la WBC, y Daniel Roman desde entonces. Hasta ahora, Ortiz ha tenido menos suerte: sus problemas con los Covid largos contribuyeron a que se le diagnosticara una rabdomiólisis potencialmente aún más debilitante.
Esta enfermedad obligó a aplazar sus citas con Michael McKinson y Stanionis incluso antes de la cancelación de la más reciente, el 8 de julio, con el lituano, cuando se informó de que se había desmayado. Fulton soportó bastantes menos preocupaciones en torno a su salud, pero no ha olvidado la sensación de verse privado de la oportunidad de pelear.
"Es muy difícil [soportar eso] porque tienes que enfrentarte a ti mismo, a tu cuerpo, que se rechaza a sí mismo, y a tu salud física", declaró el joven de 29 años. "Estado de ánimo emocional - tienes que lidiar con los fans. Ahora hablan mal de ti. Tienes que enfrentarte a pelear contigo mismo porque sabes lo duro que has trabajado".
"Y a veces cuando sabes lo duro que has trabajado y puedes mirarlo como, 'hice esto por nada', cuando siempre hay una razón - todo sucede por una razón.
"Pero en el calor del momento no lo ves así. Creo que como boxeador tienes que enfrentarte a muchas cosas. No importa cuánta gente haya en tu esquina, sigues siendo tú solo.
"Ya sea en el ring o en tu cabeza, eres tú el que hace el trabajo físico en el gimnasio. Es un deporte solitario, así que siempre estás solo. Así que lo siento por él. Y ahora hablo del tema porque es muy difícil de superar, pero, ya sabes, somos boxeadores, no hay nada que no podamos superar.
"Esa no fue una pelea como, 'Estoy deseando que llegue' - Yo no estaba realmente deseando esa pelea porque yo no estaba realmente preocupado por esa pelea. Pero me alegro de que [Ortiz está] bien ahora - Tengo que decir eso. Bueno, no tengo que decirlo, pero puedo decirlo. Me alegro de que esté bien ahora, pero no pensé demasiado en esa pelea".
En el japonés Inoue, de 30 años y mano dura, Fulton pelea contra uno de los boxeadores más intimidantes del mundo. A pesar de todo, insiste en que su educación en los barrios pobres de Filadelfia, donde asesinaban a gente que conocía y donde de adolescente se planteó traficar con drogas, significa que cualquier cosa a la que Inoue pueda enfrentarse con él es algo que puede relativizar sin problemas.
"Realmente no te preocupa que alguien diga que es intimidante", afirma. "Cuando tienes una educación diferente y conoces la tuya -lo difícil que es llegar a donde has llegado-, nada te intimida. ¿Qué es intimidante? Pelear. ¿Qué es lo que intimida? ¿Porque es conocido por su poder? Como, de acuerdo. ¿De dónde vienen los otros aspectos intimidantes? ¿Qué puede hacer para lastimarme? Además de tener poder. Como, la gente [pausas] - desde que he estado aquí, sólo esta semana, tres personas que he conocido, han muerto, en Filadelfia. ¿Entiendes lo que digo? Literalmente tres personas que he conocido han muerto. Dos de ellos fueron asesinados; uno de ellos murió de cáncer.
"No estoy seguro, no quiero dejar constancia de ello [las circunstancias que rodearon a las otras dos muertes] para decir que estaba [relacionado con el crimen], pero, literalmente... Así que es como de donde vienes, de donde yo vengo, y tienes a un chico, no podría decir si es así o no, pero, no creo que [Inoue] fuera criado así, ¿sabes? Fue criado como un buen chico. No había nada intimidante en él. Era un gran boxeador.
"No reflexiono tanto sobre [mi educación en Filadelfia y cómo estuve a punto de seguir un camino diferente], pero siempre pienso: 'Maldita sea, sólo éramos unos chicos jugando'. Esto era para mí. Y así es como veo dónde estoy ahora. Esto era para mí".
