https://cdn.proboxtv.com/uploads/Josh_Taylor_flex_min_e429124156.jpg

Taylor, centrado y listo para López tras sentirse "perdido" con Davison

Josh Taylor ha revelado que sintió que se había "perdido a sí mismo" antes de reclutar a Joe McNally para que fuera su nuevo entrenador, y por ello tiene plena convicción en su capacidad para afrontar la prueba de Teófimo López el sábado por la noche.

El campeón del peso superligero de la WBO defiende su título contra López en el teatro del Madison Square Garden, y lo hace con ocasión de su primer combate desde que se le concedió la decisión contra Jack Catterall a pesar de producir su peor actuación.

Desde entonces se ha separado de Ben Davison -sucesor de Shane McGuigan durante dos peleas- y se ha asociado con McNally en Liverpool, y tras un largo periodo considerando la posibilidad de pasar a las 147 libras ya se ha visto recompensado al hacer cómodamente el peso para la noche del sábado.

"He vuelto a encontrarme a mí mismo", declaró a ProBox TV el púgil de 32 años, que pesó 139,8 libras. "Después de la pelea con Prograis estaba un poco perdido cuando cambié de entrenador e intenté volver a adaptarme. Me lo pasé muy bien con Ben y trabajamos bien en las dos peleas que tuvimos - la pelea de [José Carlos] Ramírez - sentí que al final no estaba sacando lo que necesitaba de él.

"Al final no sentí realmente que estuviera funcionando para mí. Por lo tanto, no estaba poniendo toda mi confianza y toda mi fe en la gente que me rodeaba en ese momento, porque no estaba feliz y no estaba sacando lo mejor de mí mismo.

"Decidí seguir adelante y hacer lo mejor para mí, y tardé mucho tiempo en tomar la decisión de formar equipo con Joe. Conozco a Joe desde hace mucho tiempo y siento que puedo confiarle mi vida porque he llegado a conocerle muy bien personalmente y a conocer su mente un poco más. Tiene una mentalidad muy parecida a la mía, así que creo que tengo el equipo perfecto a mi alrededor y que estaré con ellos el resto de mi carrera, además de ser grandes amigos después".

"Estuve una semana en Liverpool, de prueba, para conocerlo, y había demasiada gente en el gimnasio, así que no llegué a sacar el máximo partido a la semana, así que volví a la carretera y me quedé un rato. Le llamé un par de semanas más tarde y le dije: "¿Quieres venir a Escocia una semana, quedarte conmigo?", y tuve la oportunidad de conocerle. Pillé su cerebro, su mentalidad sobre la vida y también sobre el boxeo.

"Tenemos una mentalidad muy parecida. Llegué a conocerle como persona. Empezamos a entrenar al día siguiente, nos llevamos bien y empezamos a volar enseguida. Este es el tipo para mí". Me tomé mi tiempo para tomar la decisión. Volví a Liverpool y conocí a Declan [O'Rourke, mi entrenador ayudante] y a todos los demás chicos del gimnasio, y me han recibido con los brazos abiertos, como una familia".

La victoria sobre López, de 25 años, sería una de las más importantes de la carrera de Taylor. También daría pie a más peleas lucrativas en una división en la que Catterall, Ryan García, Regis Prograis, y potencialmente Devin Haney, se encuentran entre los otros grandes nombres.

"El trabajo que hemos estado haciendo en el gimnasio y la forma en que somos muy abiertos y honestos el uno con el otro: si las cosas van mal, diremos: 'Eso es una mierda', y él me lo dirá", continuó Taylor sobre McNally. "Si mi actitud ha sido diferente, me lo dirá. Ha sido directo. Me mantiene a raya. Yo también le doy mi opinión".

"Es una relación de toma y daca, pero en el gimnasio él es el jefe, así que tenemos ese respeto y esa disciplina el uno con el otro, además de poder reírnos mucho y darnos cuerda mutuamente. No tengo ningún miedo de confiar en estos chicos y en sus opiniones, por el trabajo que hemos estado haciendo".