Cuando Floyd Mayweather peleó contra Manny Pacquiao en el 2015, a pesar de que esa pelea ocurrió mucho después de cuando debería haber ocurrido, no creo que el interés del público por verla hubiera disminuido. Ambos también estaban activos -aunque no peleaban entre sí- y participaban en grandes peleas fuera de enfrentarse entre sí.
TerenceCrawford-Errol Spence, en cambio, ha perdido algo de lustre, porque se ha retrasado. Pensábamos que lo íbamos a tener el año pasado, y no fue así; hasta hace poco no supimos que era probable que se celebrara pronto; algunos todavía se preguntan si se va a celebrar. Todos estos factores combinados han contribuido a cambiar la percepción pública de Crawford-Spence, por lo que, en el contexto de la importancia histórica, es difícil compararlo con Mayweather-Pacquiao.
Sería difícil argumentar que ambos boxeadores no han pasado por su mejor momento, pero eso no significa que no vaya a ser un gran combate; si dos boxeadores han pasado igualmente por su mejor momento, tenemos un combate igualado. Spence ha tenido dos graves accidentes de coche, uno de ellos mortal, y ha sufrido un desgarro de retina, una lesión que pone en peligro su carrera. Ya no es el boxeador que era.
Crawford, a sus 35 años, es dos años mayor que Spence, no ha estado tan activo como él -especialmente al más alto nivel- y ha tenido más problemas en las peleas que Spence. Egis Kavaliauskas le causó problemas; Shawn Porter tenía ventaja antes de ser detenido. Si han disminuido, yo diría que han disminuido por igual, lo que significa que el suyo sigue siendo un enfrentamiento muy bueno.
Antes del primero de los accidentes automovilísticos de Spence fue cuando esta pelea habría estado en su nivel más alto - en ese entonces, en el 2019, Spence también habría sido el favorito considerable. Él era el peso welter natural, y Crawford aún no había crecido completamente en la división de 147 libras.
Están peleando este verano porque si no peleaban este verano, nunca lo harían. También estamos en una época en la que los boxeadores intentan tomar las riendas del combate y pelear por sí mismos. Ambos boxeadores -Crawford probablemente más, dado que a diferencia de Spence no trabaja con una promoción de prestigio- se encargaron de intentar hacer esta pelea.
Ambos siempre han querido pelear, son guerreros. Cualquiera que les acuse de esquivarse el uno al otro no reconoce que los boxeadores ganan más dinero cuando pelean contra los rivales más grandes y más malos. Al más alto nivel, son muy, muy pocas las ocasiones en las que los boxeadores eluden los combates: los boxeadores buscan combates que les dejen un legado y un dinero que les cambie la vida. Ambos siempre han querido pelear, pero ha habido muchas influencias externas.
Este año ya se han disputado Gervonta Davis-Ryan Garcia y Devin Haney-Vasyl Lomachenko (abajo), y aún quedan por celebrarse Stephen Fulton-Naoya Inoue y Crawford-Spence. Aunque Davis es un boxeador fantástico y consolidado, García no ha demostrado su valía al más alto nivel: no era su sitio en ese combate, y se notó, a pesar del éxito comercial y el dramatismo que tuvo.
Haney-Lomachenko fue un combate muy, muy agradable, por lo competido que fue y por lo técnicamente dotados que están ambos. Además, a diferencia de Davis y García, se encontraban en lo más alto de la división de peso ligero.
Crawford-Spence, en el contexto de la división de peso welter, tiene un significado similar. Están universalmente clasificados entre los cinco mejores, libra por libra. Fulton e Inoue se acercan más a un combate entre boxeadores de diferentes categorías de peso, pero sigue siendo una mega pelea y sigue teniendo implicaciones en la división libra por libra. Davis-García, aunque atrajo mucha atención, es el único de los cuatro que no lo hizo, pero Crawford-Spence es el más grande y competitivo de todos.
Derrick James, el entrenador de Spence desde hace tiempo, también ha sido contratado por García, poco después de trabajar con Anthony Joshua por primera vez, pero su apretada agenda no tiene por qué ser una preocupación para Spence. Lleva mucho tiempo con Spence, es su boxeador de cabecera, y ésta es una pelea de legado para las carreras de ambos. Es muy consciente de la magnitud de esta pelea, de lo peligroso que es Crawford y, por lo tanto, de que Spence necesita estar en perfectas condiciones.
Hasta hace poco yo seguía considerando favorito a Spence, pero en junio de 2023, cuando Crawford sea un peso welter convincente -por algo tiene un récord del 100% de nocauts en las 147 libras-, será una verdadera pelea al 50-50". Spence es un peso welter enorme -físicamente, el más fuerte con el que he estado en el ring- y eso aún podría resultar importante. Si aparecieran las mejores versiones de ambos boxeadores, Spence tendría ventaja, pero después de lesiones como las que ha tenido esa versión no se va a volver a ver.
El segundo de esos dos accidentes de coche también me sigue preocupando. Fue tratado como si no fuera gran cosa, y sin embargo se retiró de una pelea por razones no específicas relacionadas con ese accidente, lo que hace difícil no preguntarse sobre la importancia de ese accidente también.
