Esta es la tercera ocasión en la que Dillian Whyte ha sido acusado de no ser un boxeador limpio, ¿cuántas oportunidades más debería tener?
Ya está al final de su carrera, así que si recibe una sanción prolongada, la última podría significar el final.
Siempre he creído que el castigo debe venir determinado por la naturaleza de la sustancia ilegal que haya consumido el boxeador. Un diurético es una cuestión, pero si estaba usando anabolizantes -que pueden alterar el tejido de un boxeador- las ventajas que presentan pueden no desaparecer nunca.
En el béisbol existe un sistema de tres strikes y te expulsan. En el boxeo hay menos reglas que en el béisbol y más formas de evitar su infracción; también puede depender de quién sea el boxeador y de cuánto dinero e influencia tenga detrás. Pero no debería importar: si se han utilizado anabolizantes y, por lo tanto, se ha modificado la naturaleza del boxeador, debería bastar con un golpe.
Whyte ha sido un boxeador muy bueno, que siempre ha estado dispuesto a pelear con los mejores, y a menudo ha participado en peleas emocionantes. Su corazón -ha tenido altibajos, pero conserva esa lucha- hace que me parezca un rival peligroso para Anthony Joshua. Me había sorprendido que Joshua fuera tan peligroso, y que tuviera que superar la magnífica exhibición que realizó en su primer combate en el 2015.
Joshua registró una de sus victorias más impresionantes esa noche: recibió golpes, se lesionó y luego detuvo viciosamente a Whyte. Cualquier cosa menos que eso en una revancha -contra un oponente que es un gran pegador; Joshua ha aparecido recientemente vulnerable- habría sido percibida negativamente.
Sabiendo lo duros que son los campos de entrenamiento, el sacrificio que exigen, no pude evitar sentirme desolado por Joshua por el hecho de que le quitaran la revancha a falta de una semana. Puede que tuviera un segundo campo de entrenamiento con Derrick James, y por tanto más tiempo para progresar, pero sin intentar ejecutar lo que había aprendido antes de pelear contra, quizás, Deontay Wilder o Tyson Fury, un campo de entrenamiento por sí solo no le habría dejado en un buen lugar.
La última vez que Robert Helenius, el sustituto de Whyte, fue visto por un gran público, Wilder lo detuvo en un asalto, pero en su día fue uno de los sparrings de Wilder. Pelear con sparrings no es fácil -se aprende mucho sobre ellos en los sparrings- y cambia la dinámica de los combates. En el contexto de Wilder-Helenius, Wilder estaba muy familiarizado con él.El hecho de que noqueara a Helenius no hace que la pelea del sábado con Joshua sea "pan comido". El atletismo de Joshua también exige que se mantenga ocupado -es tan bueno para él que esté ocupado como lo es para el deporte- y también tiene que ser capaz de trabajar a través de los demonios que hemos visto en las últimas peleas.
Simplemente por ser Joshua, Joshua siempre está bajo presión cuando pelea. Helenius también es muy grande y fuerte, y tiene una buena mano derecha. Joshua se habría preparado para el gancho de izquierda de Whyte -un golpe muy diferente- y sólo ha tenido unos días para intentar adaptarse. Helenius también peleó y ganó el pasado fin de semana, así que está en forma y confiado, y no tiene nada que perder.
Es posible que Joshua pueda aumentar su confianza y responder a muchas de las preguntas que se ha estado haciendo derrotando de forma convincente a Helenius. Andy Ruiz, que le infligió su primera derrota, tuvo bastante más tiempo para prepararse para pelear contra él en junio del 2019 y representaba un rival de naturaleza peligrosa. Helenius está mucho más cerca del perfil de boxeador contra el que Joshua se ha visto bien; solo la psique de Joshua determinará si lo que se ha desarrollado esta semana lo devuelve a lo que sucedió con Jarrell Miller y luego con Ruiz.
Si vence a Helenius, genial, todo el mundo volverá a estar entusiasmado con él. Si gana sin impresionar, se le harán muchas preguntas, pero aún estará en posición de progresar hacia una gran pelea.
Una derrota, sin embargo, podría acabar con su carrera. Lo que no debería preocuparle, aunque siguiera peleando contra Whyte, es el hecho de que Errol Spence -también entrenado por James- perdiera recientemente de forma tan convincente contra Terence Crawford. Los boxeadores son típicamente egocéntricos -se centran en sí mismos y en la preparación de su combate, no en la de los que les rodean- y rara vez dejan que los resultados de los boxeadores que les rodean les afecten. "Eso son ellos - esto soy yo".
