"[Josh] Taylor, ¿dónde estás? Vamos a tenerlo, cagón", dijo Jack Catterall, después de haber anotado una resonante victoria por decisión sobre el veterano venezolano Jorge Linares, el ex campeón mundial de tres pesos, en Liverpool para permanecer en el marco de una gran pelea en el peso superligero.
Catterall, que perdió una controvertida decisión dividida ante Josh Taylor en 2022, logró su segunda victoria del año tras derrotar a Darragh Foley en mayo, en su primer combate desde hacía 15 meses.
Catterall se impuso por 117-111 y 116-112 (dos veces).
Linares, venezolano de 38 años, cae a 47-9 (29); Jack Catterall, de Chorley, tiene ahora 28-1 (13).
Fue una victoria regular y poco espectacular, pero los asaltos y la inactividad le vendrán muy bien a Catterall.
Linares buscó las derechas rectas contra el púgil de 30 años, apodado "El Gato", pero en el segundo asalto Catterall empezó a encontrar el alcance de sus rectas de izquierda.
El veterano Linares ganó su primer título mundial (el primero de tres) hace la friolera de 16 años, pero había perdido sus tres últimos contra Devin Haney, Zaur Abullaev y Zhora Hamazaryan, y recibió un corte en el ojo de la nariz en el segundo asalto. El árbitro Michael Alexander dictaminó que la herida había sido causada por un choque de cabezas accidental.
Catterall tuvo más éxito en el tercero. Linares estaba encontrando a Catterall difícil de golpear y a veces Catterall le ganaba la partida y en otras ocasiones contrarrestaba a Linares con eficacia.
"Su sincronización es perfecta, en el punto exacto", dijo un animado entrenador Jamie Moore, en la esquina de Catterall.
Catterall asestó ocasionales ganchos de derecha, pero mientras el cuerpo de Linares seguía pareciendo afilado y elegante, estaba medio segundo por detrás en la mayoría de los intercambios y en el quinto Linares falló con un salvaje derechazo que Catterall leyó con facilidad.
Momentos después, Catterall se abrió paso con una mano izquierda y Linares se vio en serios apuros. Sus piernas se hundieron y se tambaleó hacia las cuerdas, sacando un guante para sostenerse. Catterall se lanzó a por él, pero Linares aguantó la tormenta y la campana salvó al veterano.
Catterall se mostró paciente en el sexto y parecía que Linares había estabilizado el barco, incluso asestando algunos de sus propios golpes hacia el final de la sesión. Pero nunca dio la sensación de que fuera una pelea de Linares.
El inglés estuvo más activo en el séptimo y parecía tener el control. Linares fue persistente, pero sólo pudo atacar en oleadas unidimensionales. Lanzaba golpes pero luego se defendía. No había ataques de segunda fase y no podía contrarrestar los contragolpes de Catterall.
El venezolano se quedó corto con su mano derecha en el octavo y al final del asalto Catterall empezó a apretar las tuercas y la vida era incómoda para el visitante, que parecía resignado y frustrado a medida que avanzaba el combate. El molesto jab de Catterall estaba a menudo en la cara enrojecida de Linares. No hacía daño, pero era suficiente para marcar puntos y servía de disuasión constante, interrumpiendo la fluidez, el alcance y la sincronización de Linares.
Catterall parecía cómodo y firme, boxeando dentro de sí mismo. No fue apasionante, pero fue un boxeo de buen nivel, aunque fue triste ver a Linares haciendo números con la pelea muy por encima de él en los asaltos de campeonato.
"Me las arreglé para hacer lo que me propuse, y eso es conseguir la victoria", dijo Catterall. "Disfruté mucho estando ahí esta noche, él [Linares] definitivamente todavía lleva ese poder. Estos 12 asaltos me servirán para seguir adelante en las grandes peleas. Es una leyenda".
Linares estaba lejos de desinflarse en la otra esquina. "Me sentí increíble", dijo. "Estaba emocionado. Le respeto.... Me siento feliz. Es un boxeador increíble. Estoy muy contento de estar aquí. Me encanta la gente de aquí y espero poder estar aquí de nuevo en el futuro, pero no peleando. A ver si continúo mi carrera o me retiro. No necesito pelear más".
