Ya era hora.
Esa fue mi primera reacción cuando me dijeron que Ricky Hatton había sido elegido para el Salón Internacional de la Fama del Boxeo.
Puede que hayan visto Hatton, el reciente documental que hicieron sobre nuestra trayectoria. No pasó el corte final, pero el tipo que hizo el documental me preguntó qué quería para Ricky el resto de su vida. Les dije que quería que lo pusieran en el Salón de la Fama.
Siempre supimos lo que Ricky iba a ser y yo sabía que iba a tener éxito. Desde que empezamos a trabajar juntos, sólo pensábamos en ganar títulos indiscutibles y pelear con los mejores. Así es como tenía que ser. Tuve muchas grandes noches, gané títulos y mis boxeadores ganaron muchos combates que no se suponía que debían ganar. Llegar al Salón de la Fama es diferente. Hay muchos títulos y muchos campeones, pero hay que ser muy especial para entrar en el Salón de la Fama.
Empecé a pensar que no iba a suceder. Otras personas habían entrado antes que él y empezaba a preocuparme que no fuera a recibir lo que se merecía.
Es la primera vez que tengo esa sensación, esa sensación física, desde que estaba trabajando. Durante un par de minutos, me sentí tan feliz como cuando Ricky venció a Kostya Tszyu. Me sentí muy orgulloso.
Me retiré del boxeo siendo muy joven. No conseguí lo que debía y, cuando volví al gimnasio con 35 años, sólo lo hice porque quería pelear de nuevo. Incluso me planteé seriamente pelear sin licencia. Casi tuve que ser arrastrado, pataleando y gritando, para ser entrenador. Que gente de todo el mundo vote a un boxeador al que yo entrené desde que era aficionado, es fantástico.
Desde que me enteré, me pregunto cómo afrontará Sunny Edwards su derrota ante Jesse "Bam" Rodríguez.
He estado observando a Sunny durante años. Todo el mundo puede ver lo efectivo que puede ser Sunny. Él no era mi taza de té, pero podía apreciar exactamente lo que estaba haciendo. Con el tiempo, me ha conquistado. Es un boxeador muy inteligente. En la última columna me quejaba de que la gente ya no analiza los combates, pero Sunny sabe muy bien lo que mira.
Estoy seguro de que a Sunny no le faltará quien le diga que perdió porque se enfrentó demasiado a Bam y no se movió como puede. Sunny es listo, sabía que habría momentos en los que tendría que pararse y pelear, porque si sólo se hubiera movido y corrido, Bam le habría pasado por encima.
La gente que no ha boxeado puede pensar que la visión de un boxeador sólo se ve afectada cuando ve que su ojo se ha hinchado por completo, pero en cuanto vi ese hematoma alrededor de su ojo en el segundo asalto, supe que sería más difícil para un boxeador que confía en tener una visión periférica y una anticipación tan buenas como Sunny. Por eso no se deja llevar por el pánico y puede mantener la calma: los golpes le fallan por fracciones de centímetro. Sunny trabaja la sincronización y esa lesión ocular le habrá afectado mucho. No voy a poner excusas y Sunny no querrá que se las pongan: Bam es quien le ha dañado el ojo.
Sunny sabe más de boxeo que la mayoría. Sabrá mucho más de boxeo que los que le dirán que peleó mal y que debería moverse más en el futuro. No creo que hiciera nada mal. Fue una gran pelea para ver. Sin más, fue derrotado por un hombre mejor.
Sunny podría superar en el boxeo al 99% de los boxeadores de presión, pero cuando te enfrentas a los mejores, tienes que aprender a drenar al boxeador de presión y hacerle trabajar cuando no quiere. Los mejores son más difíciles de atrapar limpiamente, suelen pegar más fuerte y son sin duda más duros. Si no puedes hacerles daño o ponerles en su sitio, se dejarán llevar.
Este año hemos tenido grandes peleas, y muchas de ellas se suponía que iban a ser casi al 50%. Sin embargo, la mayoría han acabado siendo bastante unilaterales.
Naoya Inoue es mi boxeador favorito, pero pensé que Stephen Fulton, que es un tirador muy listo, le daría algunos problemas desde el principio. Me sorprendió la facilidad con la que Inoue superó al boxeador. Sabíamos que tendría poder, pero también estaba muy por delante en cuanto a habilidad.
Sé que Teófimo López no había rendido bien en sus combates contra George Kambosos Jr. y Sandor Martin, pero pensaba que con el tiempo sería mucho mejor peleando en las 140 libras. Josh Taylor fue absolutamente terrible en su pelea. Tenía todos los síntomas de ser un boxeador en la división de peso equivocada. Sospechaba que ocurriría y tenía razón.
Creo que Errol Spence debería ser protegido de sí mismo. Errol parece un buen tipo, pero no hace falta ser médico para darse cuenta de que no debería volver a subirse a un ring profesional. Aunque probablemente lo haga. Terence Crawford es el mejor boxeador libra por libra del mundo y era un perfecto pegador cuando boxeaban. No debería tener que volver a hacerlo.
No me sorprendió que Gervonta "Tank" Davis venciera a Ryan García, pero sí me sorprendió lo cauteloso que parecía en los primeros asaltos. Creo que "Tank" es un gran boxeador. Es poderoso, explosivo y tiene unos reflejos brillantes. Estoy un poco indeciso sobre García. Aún no me ha convencido del todo. No tengo dudas sobre su corazón, sin más no estoy seguro de su durabilidad.
Esperaba que Devin Haney contra Regis Prograis fuera mucho más competitivo de lo que fue. No le quito mérito a Haney, que fue clínico e hirió a Prograis. Domó con facilidad a un boxeador muy peligroso, pero no fue realmente a acabar con él. Supongo que es la forma inteligente de hacerlo, pero me gustaría ver un poco más de veneno. No quiero cancelar del todo a Prograis sin más, pero tenemos que ver más de él la próxima vez.
