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¿Fue más grande para ser mejor? Ryan García se impone a Devin Haney en una sorpresa


Ryan García revivió su carrera al registrar una de las victorias más notables de todas y destronar a Devin Haney como campeón del peso superligero de la WBC.

No saldrá del Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, con el título, porque su sobrepeso le inhabilitaba para ganarlo, pero mejoró su reputación al obtener la más improbable de las decisiones por mayoría, con puntuaciones de 112-112, 114-110 y 115-109.

Desde que se anunció el combate, había preocupación por la salud mental de García, debido a su uso imprudente de las redes sociales y a su comportamiento cada vez más errático.

A lo largo de la semana de la pelea no se le había visto en condiciones de pelear contra uno de los mejores boxeadores del mundo, mostrándose constantemente pesado, distraído e inquieto hasta el punto de tener que retirarse por el bien de su bienestar.

No fue una sorpresa que el viernes pesara 143,2 libras, lo que a su vez sólo sirvió para dar una idea más de su frágil estado de ánimo, dado que la tarde anterior había acordado con su rival una apuesta de 500,000 dólares por libra de sobrepeso.

A pesar de todo, demostró lo potentes que siguen siendo su impresionante velocidad de manos y su potencia explosiva, no sólo al convertirse en el primero en derribar a Haney, sino al hacerlo otras dos veces y herirle repetidamente.

Un gancho de izquierda hirió a Haney, como García, de 25 años, en el primer asalto, y no se había recuperado de sus efectos para cuando García asestó el segundo y le obligó a aguantar. El hasta entonces invicto Haney tuvo más éxito a la hora de cronometrar a su rival de larga duración en el segundo, durante el cual aterrizó tanto una derecha recta como una izquierda recta, y cuando los intentos ineficaces de García de aterrizar ganchos de izquierda y derecha ya le estaban haciendo parecer unidimensional.

Haney hirió entonces a García con un uppercut de izquierda en el tercero, y siguió haciéndolo con un potente gancho de izquierda que dobló las piernas de García.

El hecho de que García tuviera las manos tan bajas, descuidara su jab y mostrara tan poca conciencia defensiva facilitó que Haney lo contrarrestara y avanzara como pocas veces lo ha hecho.

García se quedó corto con un salvaje gancho de izquierda en el quinto. Haney, tan equilibrado, lo sincronizó con una contra de derecha.

La ineficacia de García contribuyó a que fuera abucheado hacia la conclusión del quinto, pero volvió a ser competitivo en el sexto, cuando dejó que sus manos se dirigieran al cuerpo de Haney, y le asestó un hiriente derechazo al mentón. El árbitro Harvey Dock intervino entonces cuando Haney estaba aterrizando al cuerpo de García y éste empezó a darle la espalda, y se volvió, por las razones equivocadas, influyente.

Haney aterrizó con una derecha directa al comienzo del séptimo, pero la pelea se transformó entonces cuando García le derribó con un gancho de izquierda. Haney, una vez de pie, pudo reflexionar que Dock le había dado demasiado tiempo para recuperarse, pero no hasta el punto de que pudo evitar ser herido dos veces más después de que García le descontara un punto por golpear en el descanso.

En el octavo, García, el no favorito, volvió a herir a Haney con otro derechazo y se encontró con que el público, con cánticos de "Ryan, Ryan", se volcaba a su favor.

En el décimo, volvió a herir a Haney con un derechazo, lo derribó de nuevo con otro y lo hirió con un gancho de izquierda una vez que volvió a ponerse en pie.

Haney, con la cara hinchada -García parecía agotado desde hacía tiempo-, fue herido una vez más con un derechazo y luego fue derribado por otro de los explosivos ganchos de izquierda que eran demasiado regulares y rápidos para que pudiera evitarlos.

No había duda de que la puntuación debería haber sido más ajustada de lo que al final resultó, por lo que García parecía demasiado confiado en el duodécimo combate, cuando se exhibió y finalmente lanzó un potente gancho de izquierda.

Después de subir al cuadrilátero con la actitud de un boxeador que desearía estar en otro lugar, su compromiso y su fe en su poder hicieron que, tras tres victorias para cada uno en sus seis combates como aficionados, obtuviera la más dramática e inesperada de las victorias, y una que potencialmente se debió en gran medida a su ventaja de peso.

Tras su derrota ante Gervonta "Tank" Davis en abril de 2023, se le acusó repetidamente de falta de corazón.

Como no favorito en Nueva York y luchando por su salud mental, mostró más corazón que nunca para derrotar a uno de los mejores boxeadores en activo y recordar por qué se le considera uno de los boxeadores más emocionantes del mundo.