Mientras espera el resultado de la apelación contra su suspensión de los cuadriláteros de boxeo británicos, Conor Benn sigue intentando demostrar que es un peso welter de elite. Incluso después de dominar al desconocido Peter Dobson en 12 asaltos unilaterales el sábado en el Cosmopolitan de Las Vegas, es difícil defenderlo. Es poco probable que Terence Crawford y Jaron Ennis pierdan el sueño por esta actuación.
Para ser justos, Benn demostró desde el pitido inicial que estaba al menos una categoría por encima de Dobson (16-1, 9 KOs), cuyo historial no incluía ningún rival digno de mención y que no dio a Benn motivos de preocupación en ningún momento del combate. Benn, 23-0 (14 KOs), fue demasiado rápido y potente, lanzando repetidos ganchos de izquierda y derechas por alto en dirección a Dobson, mientras que el hombre del Bronx parecía despistado sobre lo que se suponía que debía ofrecer a cambio.
En el segundo, un derechazo de Benn hizo retroceder a Dobson sin que llegara a impactar limpiamente, y Dobson se limitó a observar cómo Benn le hacía rápidas combinaciones en el bolsillo.
Sin embargo, ya en el tercer asalto quedó claro que nada de lo que hacía Benn sorprendía a Dobson, que siempre era capaz de mover la cabeza lo suficiente para minimizar el impacto de las grandes derechas que el inglés lanzaba en su dirección. La ofensiva de Benn necesitaba urgentemente un ligero cambio en sus pies, inclinándose hacia su izquierda, lanzando más y más rectas manos izquierdas para mover la cabeza de Dobson hacia la línea de fuego de sus potentes derechas.
A su favor hay que decir que Dobson en ningún momento se mostró especialmente intimidado, y en los asaltos cuarto y quinto empezó a dar señales de vida, buscando meterse dentro y lanzar sus propias derechas entre los golpes de Benn. Sin embargo, Dobson se vio superado por su enorme falta de velocidad, y sus golpes parecían lanzados a través de la melaza, en contraste con los rápidos golpes de su oponente.
La segunda mitad de la contienda se estabilizó en un ritmo: Benn salió disparando al principio de cada asalto, Dobson encajó sus golpes e hizo un esfuerzo por pelear, y luego Benn lanzó golpes más potentes en la recta final. No había duda de quién era el mejor boxeador, ni de que Dobson fuera a dar la sorpresa, pero la actuación de Benn fue muy agresiva y poco astuta. Unas cuantas fintas, un poco más de imprevisibilidad, habrían facilitado la noche al británico, y quizá la habrían acortado.
Al final, Dobson sobrevivió a los 12 asaltos, pero las tarjetas de puntuación fueron algo familiares, con Benn ganando por 119-109 y 118-110 en dos ocasiones.
"Siempre se puede mejorar", declaró Benn después del combate. "Pero, en general, se trata de volver a donde estaba mentalmente. Quiero volver a destrozar a la gente".