Deontay Wilder ha acordado términos promocionales con Skill Challenge Promotions y Devin Haney está a punto de unirse a él, según puede revelar ProBox TV.
El peso pesado, de 37 años, sigue en negociaciones para pelear con Anthony Joshua en diciembre, y se unirá a Badou Jack, Ziyad Almaayouf y, más recientemente, a Oleksandr Usyk en la misteriosa y ambiciosa cuadra de la organización.
Se espera que su llegada se anuncie formalmente la próxima semana, para cuando Devin Haney, campeón indiscutible del peso ligero, podría haber acordado también su incorporación al SCP. Wilder llevaba mucho tiempo con Al Haymon y Premier Boxing Champions; se había especulado sobre su futuro a principios de año, cuando habló de ser un "agente abierto; boxeador abierto".
El padre, entrenador y mánager de Haney, Bill, estuvo la semana pasada en Nueva York para ver el combate por el título de los superligeros de la WBO entre Josh Taylor y Teófimo López, dado que Haney sigue en liza para pelear con el ganador y está considerando la posibilidad de pasar a las 140 libras.
Bob Arum, de Top Rank, confirmó a ProBox TV que el ganador de Taylor-López -López ganó por decisión unánime antes de insistir en que a sus 25 años se retira- probablemente se ofrecería a Haney, cuyo acuerdo promocional con ellos expiró al término de su victoria del mes pasado sobre Vasyl Lomachenko. La revancha con Lomachenko es otra pelea que Arum tiene intención de proponer.
Matchroom, del mismo modo, planea hacer a Haney, de 24 años, una oferta para pelear con Regis Prograis si, como se espera, el campeón superligero de la WBC derrota a Danielito Zorrilla el sábado en Nueva Orleans.
Haney, que en el pasado ha luchado por superar el límite de los 135 libras, aún está decidiendo si permanecer en el peso ligero o pasar a los 140 libras. En los círculos del boxeo se esperaba que volviera a firmar con Top Rank, por lo que, a pesar de la independencia que tanto él como su padre han demostrado durante mucho tiempo, el hecho de que sea quizá el boxeador no atado más valioso del mundo supondría, al igual que para Wilder, una gran sorpresa.
