En este día ... Larry Holmes venció a Cooney

Fue una pelea construida sobre un montón de tonterías y estupideces. La duodécima defensa del título mundial de los pesos pesados de la WBC de Larry Holmes contra Gerry Cooney se vio eclipsada por una campaña publicitaria con tintes racistas que jugaba con la idea del "Gran bombo blanco". Holmes llegó a llamar a Cooney "el gran dopado blanco" durante una rueda de prensa.

Holmes había derrotado a todos los púgiles de su época: Ken Norton, Trevor Berbick, Earnie Shavers, Leon Spins y Muhammad Ali, que ya había pasado su mejor momento. A pesar de ello, Holmes no estaba considerado como los queridos pesos pesados anteriores a él.

Cooney era un campeón de los Guantes de Oro de Nueva York, que había cosechado grandes victorias sobre Ron Lyle y Ken Norton.

El interés por el combate era tan masivo que ambos boxeadores estaban dispuestos a desembolsar diez millones de dólares, cada uno. Se celebraría en Las Vegas, Nevada, en el Caesars Palace, se emitiría por HBO y se volvería a emitir por ABC una semana después. Sin embargo, una lesión de Cooney retrasaría la pelea.

La promoción racial de la pelea hizo que el boxeo cayera en lo más bajo, ya que el Ku Klux Klan hizo mítines para apoyar a Cooney, y se añadió seguridad adicional, a pesar de que ninguno de los boxeadores creía realmente en el odio utilizado para promocionar el evento.

Se vendieron 29,284 entradas, y Holmes superó a Cooney en el boxeo. Tras perder la pelea, Cooney no volvió al ring durante algún tiempo.

LARRY HOLMES

Esta pelea resumió la carrera de Holmes. Holmes fue el mejor de su época y nunca se le respetó. Gran parte de la pelea se basó en "¿Podría Cooney vencer a Holmes?". Cuando Cooney no pudo, fue una decepción para muchos espectadores y no un gran logro para Holmes. La pelea sigue la misma línea que Holmes contra Ali, ya que el resultado es secundario respecto a lo que ocurrió en la pelea y la percepción que se hizo realidad. Para Cooney, su carrera se vio empañada por la promoción, ya que algunos le veían como un boxeador que era mas que promoción.

Al final, fue una pelea que atrajo mucha atención pero que aparentemente no benefició a los boxeadores en términos de legado, sólo económicamente.