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Jesús Ramos y Erickson Lubin hablan de una buena pelea antes de su combate en la cartelera de Canelo vs. Charlo

El contendiente del peso superwélter Erickson Lubin regresa al ring en el evento coestelar de una pelea el 30 de septiembre contra Jesús Ramos en el T-Mobile Arena de Las Vegas.


El púgil de 27 años desarrolló una formidable reputación como uno de los pegadores del deporte antes de que él mismo fuera superado y noqueado en un solo asalto cuando se enfrentó a Jermell Charlo en el 2017.


Mientras se reconstruía, y encadenaba una racha de seis victorias consecutivas puntuadas con una finalización en el sexto asalto de Jeison Rosario, Lubin dio una clase magistral sobre cómo recuperarse después de un revés tan brutal como un nocaut en el primer asalto.


Pero en su siguiente pelea, un combate estelar del 2022 en Las Vegas contra el prometedor Sebastián Fundora, de 154 libras, Lubin abandonó el cuadrilátero como el segundo mejor, con la cara desencajada, tras haber perdido un combate de aspirante a Pelea del Año.


Aunque Lubin ganó su reaparición, no es de extrañar que tenga, como dijo a los periodistas esta semana, "un chip" en el hombro.


Quizá se desquite con Ramos el mes que viene, en el último combate antes de que Saúl "Canelo" Álvarez y Jermell Charlo se disputen la supremacía del peso supermedio.


"Voy a pelear con mucha hambre. Tengo delante a un chico joven y hambriento, pero yo también soy joven y hambriento. El 30 de septiembre habrá fuegos artificiales. Quiero ganar y estar en las grandes peleas contra los mejores de la división.


"Me alimenta la adversidad. Mi primer pelear por el título contra Charlo me hizo volver a trabajar muy duro y finalmente ganar seis peleas seguidas", dijo Lubin. "Estaba ganando la pelea contra Sebastián Fundora, y perder me impulsó a volver a la mesa de trabajo y a trabajar aún más duro".


Lubin dijo que lleva mucho tiempo presionando para pelear con Ramos. "Quiero la prueba más dura en cada combate", declaró, sabedor de que el vencedor podría pelear por el título.


Y añadió: "Es un tipo duro y un rival difícil. Ahora intento restarle importancia. Es un gran boxeador. Pero cuando tenía 22 años di un paso adelante en la competición, contra Charlo, de 27 años, y me quedé corto. Siento que la historia se repite, a mi favor".


Ramos no estuvo de acuerdo, y se encogió de hombros con la despreocupación propia de un boxeador que se siente destinado a los máximos honores en su división.


"Yo no soy Lubin y no creo que él sea Charlo, así que creo que no es lo mismo", dijo. "Así que la historia no se repetirá el 30 de septiembre".


Terminó diciendo: "Lo que tenga que hacer para ganar, estoy listo. Estoy aquí para dominar. Quiero hacer una declaración, y para ello tengo que dominar. Ese es el plan".