Devin Haney insistió en que merecía el reconocimiento de "boxeador del año" tras superar a Regis Prograis y destronarlo como campeón del peso superligero de la WBC.
En su primera pelea en las 140 libras, ofreció quizá su mejor actuación al derribar a Prograis en el tercer asalto y, en última instancia, obtener una decisión unánime por tres puntuaciones de 120-107.
En mayo registró su victoria más importante al defender por última vez su indiscutible título de peso ligero contra Vasyl Lomachenko en el MGM Grand de Las Vegas. Su gran actuación de aquella noche se vio sin embargo socavada por la polémica que siguió a la decisión que se le concedió en una velada en la que muchos observadores creían que Lomachenko había ganado.
No hubo tal controversia contra Prograis, dado que ganó todos los asaltos, e independientemente de su condición de favorito, cree que sus logros superan a los de Naoya Inoue y Terence Crawford, vencedores igualmente convincentes de Stephen Fulton y Errol Spence.
"Debería ser el boxeador del año", declaró el joven de 25 años. "Mi padre [Bill] merece ser el entrenador del año. Cuando mencionan a los mejores entrenadores del boxeo nunca mencionan a mi padre".
Su padre, el entrenador y mánager Bill Haney, ya había hablado en términos parecidos de los logros de su hijo - "Ningún otro boxeador ha hecho lo que Devin", dijo-, habiendo descartado también la victoria de Crawford sobre Spence por considerar que antes de su combate por el título indiscutible del peso welter Spence tuvo problemas para llegar al peso.
"Ahora puedo ir allí y ser el verdadero Devin Haney", dijo Haney Jr. sobre los beneficios de competir en su nueva división de peso.
"Lo estaba dejando todo en el gimnasio. Sin más he demostrado que lo tengo todo. Potencia, velocidad y lo que quiero hacer.
Quiero pelear en las 147 libras, pero hay muchas peleas importantes en las 140".
"Parte del plan [era] perjudicar [a Prograis]. Su mano izquierda era su pan de cada día y se la quitamos".
"Después del combate, me dijo que había estado muy agudo y rápido. Le dije: 'Gracias por la oportunidad y la oportunidad'".
Al igual que su padre Bill, Haney insinuó la posibilidad de pasar al peso welter en su próxima pelea. También habló de una posible pelea con Ryan García - un rival de 140 libras también asociado con los organismos de radiodifusión DAZN - y explicó: "Los dos lugares en los que quiero pelear son Arabia Saudí y [el Área de la Bahía] aquí".
Inusualmente para Haney había sido el favorito del público - 17,000 estuvieron presentes en el Chase Center de San Francisco - y de manera similar inusualmente como un boxeador vencido convincentemente Prograis asistió a su conferencia de prensa posterior a la pelea, donde habló de su deseo de permanecer en 140lbs y ganar un título mundial por tercera vez.
"Definitivamente, no me doy por vencido", afirmó el púgil de 34 años, antes de insistir en que Haney es superior a Josh Taylor, el boxeador responsable de su otra derrota. Tres veces [campeón del mundo], ése es mi objetivo".
"[Haney] fue mejor y más rápido de lo que pensaba, seguro.
"Entrené durante cuatro meses y sin más no fue suficiente. Voy a volver a la mesa de dibujo [para] mejorar cada vez más.
"Era un estilo diferente. Sin más, trabajar mi juego de pies. No pude llegar hasta él. Volveré al gimnasio y trabajaré en mi juego de pies.
"[Pero] nada en la pelea me hizo daño. Nunca me sentí en apuros".
"Mirando atrás la gente no sabía lo que Devin tenía que hacer para llegar a las 135", añadió su promotor Eddie Hearn. "Siento que el 2024, Arabia Saudí está en [la agenda] para Devin Haney".