Todas las expectativas rodeaban a Shakur Stevenson antes y durante su pelea con Edwin de los Santos, sobre todo porque la oportunidad De los Santos llegó cuando otros boxeadores estaban descartados.
Pero hacen falta dos boxeadores para que una pelea sea terrible. Todo el mundo culpa a Stevenson, y él es el blanco obvio, pero ambos son responsables.
Tuvo una mala noche. Ha tenido malas noches antes. La pelea con Jeremia Nakathila en junio del 2021 fue otra que ganó, y con facilidad - también venció a De Los Santos con facilidad, y por más de lo que sugirieron las puntuaciones de los jueces - pero no fue divertido de ver. Muchos de nosotros estábamos muy entusiasmados con Stevenson y, dado que últimamente tenía tan buen aspecto, esperábamos una actuación sobresaliente. Sin embargo, el hecho de que no lo consiguiera no cambia en nada su talento.
Me cuesta recordar la última vez que vi un combate tan malo entre dos boxeadores de esa calidad. He visto combates realmente malos con boxeadores que simplemente no eran muy buenos, pero en el Stevenson-De Los Santos casi no hubo acción; se respetaban demasiado el uno al otro y ambos se negaban a llevar la iniciativa.
Se ha sugerido que Stevenson tenía problemas con una mano izquierda lesionada. Tenía problemas con las manos cuando estaba en activo -los boxeadores no quieren hablar de lesiones en las manos ni siquiera después de que haya terminado el combate- y es posible que estuviera lesionado y que, por lo tanto, eso influyera realmente en el combate.
El hecho de que peleara con otro zurdo también hizo que su mano izquierda fuera aún más importante: su ataque, más allá del jab, debería haber venido de esa mano izquierda. Dijo que no se sentía bien sin revelar a qué se refería, y eso también es una realidad para los boxeadores profesionales: tienen noches malas, se ponen enfermos en los campos de entrenamiento y aún así tienen que pelear y, por lo tanto, luchan una vez que están en el ring. Quizás la diferencia con alguien como Stevenson, y el microscopio bajo el que se encuentra, es que necesita ser como Michael Jordan cuando jugaba con gripe y seguía dominando como si estuviera sano y en forma.
No ofreció una lista de excusas y reconoció que había sido una mala actuación, dos cosas que respeto. Regis Prograis habló de forma parecida después de vencer a Danielito Zorrilla: a los boxeadores se les permite tener malas noches y reconocerlas. Otros pueden ser ilusorios con sus declaraciones públicas, pero Stevenson no lo es, y en parte porque sabe que esto pronto quedará atrás y que puede seguir progresando.
Yo mismo y muchos otros posiblemente nos entusiasmamos demasiado, demasiado pronto, con Stevenson y su carrera. Sólo tiene 26 años, lo que significa que sigue desarrollándose física, mental y psicológicamente. Se va a encontrar con rivales peligrosos que saben pegar, y tendrá que demostrar su valía a base de morder.
Sigo considerándolo el mejor talento que hemos visto desde Floyd Mayweather. No me gusta la cultura que existe a veces de entusiasmarse con un boxeador y luego, tras una mala actuación, descartarlo. Sigo confiando plenamente en que se convierta en el boxeador que hemos creído durante tanto tiempo.
Tampoco veo a ningún rival capaz de vencerle. De Los Santos no podía - y había una razón por la que no tomó ningún riesgo. En un momento parecía que Frank Martin pelearía con él. Sea quien sea su oponente, será una pesadilla, por su estilo, porque sigue mejorando y porque todavía no genera grandes ganancias.
La disciplina es una de las cosas más importantes que puede poseer un boxeador joven; Devin Haney es otro ejemplo de ello. Stevenson tiene la disciplina necesaria para complementar su conocimiento del boxeo, pero de los dos es el que tiene más en cuenta la seguridad y la defensa. Haney correrá riesgos, recibirá golpes y, a veces, se quedará en el bolsillo e intercambiará golpes. Stevenson aún no ha demostrado si tiene eso.
Su disciplina ha sido una de sus mayores bazas. No sólo dentro del cuadrilátero, sino también fuera de él. Lleva la vida de un deportista disciplinado, lo cual es importante, sobre todo teniendo en cuenta que muchos boxeadores jóvenes se dejan llevar por la ostentación y el glamour y carecen de su disciplina y concentración.
Fue fotografiado en el vestuario antes del combate junto a Mayweather, Terence Crawford y Andre Ward. Ward era quizá el menos dotado físicamente de los tres y, por tanto, tenía que esforzarse y ser disciplinado, y no cometer errores ni correr los riesgos que Crawford puede y que incluso Mayweather podría, debido a su velocidad. Aún estamos aprendiendo dónde se situará Stevenson.
Después del combate habló de descansar, pero no creo que eso sea lo que necesita. Lo que necesita es vencer a un rival con buena reputación. Un boxeador puede estancarse si pasa demasiado tiempo en el gimnasio, pero Stevenson no es el tipo de boxeador que no va al gimnasio, le encanta el gimnasio. En lugar de otro largo campo de entrenamiento, le convendría hacer un campo de entrenamiento más corto y luego pelear de nuevo. Necesita asaltos en el ring, no en el gimnasio.
Después del combate contra Nakathila, su promotor Bob Arum me agarró y me dijo: "¿Qué te parece?". "Dejó fuera de combate al tipo, lo dominó. No fue una gran actuación, pero ponle con los grandes, si deja fuera a los grandes de la misma forma que deja fuera a los que no entusiasman a la gente, será impresionante".
Stevenson ha hablado de querer a Vasyl Lomachenko, una pelea que me encanta, pero no sé hasta qué punto es realista. ¿Lomachenko, después de perder contra Haney habiéndolo dado todo, va a pelear con otro rival joven y hambriento? Sería divertido pelear con José Zepeda o Isaac Cruz. Boxeadores duros -aunque por debajo del nivel de Haney y Gervonta "Tank" Davis- que la gente conoce mejor.
