Cortés se enfrentará a Bryan Chevalier en una pelea de peso superpluma el viernes 16 de febrero en el Teatro del Madison Square Garden, como parte de la retransmisión de ESPN.
El residente en Las Vegas, con un récord de 20-0 (11 KOs), busca su gran momento de gloria. El boxeo ve a menudo relaciones padre-hijo, y recientemente hubo una nueva arista con la relación abuelo-nieto entre Shakur Stevenson y Wali Moses, y por supuesto estaba Micky Ward y su medio hermano Dicky Eklund.
"Los dos éramos boxeadores", dijo Andrés Cortés a ProBox TV. "Él decidió dejar de boxear, pero todavía quería estar involucrado en el boxeo, si eso tiene sentido.
"No tenía entrenador en ese momento. De alguna manera lo hicimos posible. Nos ha funcionado. No he perdido ningún combate".
Cortés disputa su segundo combate consecutivo. Ganó por nocaut técnico a Xavier Martínez en julio en la cartelera de Seniesa Estrada. Ahora se enfrentará a Chevalier (20-1-1), que lleva seis años y medio invicto. Es diez centímetros más alto que Cortés y tiene tres centímetros más de alcance. Chevalier también tiene un porcentaje de nocauts del 80%.
Con victorias sobre James Wilkins y César Juárez, Chevalier se ha consolidado como uno de los mejores operadores de la división de peso superpluma.
"No se puede arreglar lo que no está roto", dijo Cortés, sobre el entrenamiento con su hermano.
"Llevo una vida muy diferente a la de mi hermano", añadió entre risas. "Nos llevamos bien. La vida hizo que así fuera [que él fuera mi entrenador]".
Cortés quiere que se sepa que busca un legado, ya sea ampliar el de su familia o ser un nombre en los libros de historia. A Cortés le consume la grandeza. Quiere ser campeón del mundo y todo lo demás es secundario.
"En este momento, quiero ser campeón del mundo", afirma. "Y sé que será muy pronto. Eso es todo lo que me propongo, en cuanto a dinero y todo eso... El dinero viene con el deporte, así que no me preocupa. Persigo estos títulos".