Ismael Barroso demostró que aún pertenece a la élite de la división de las 140 libras tras una rápida victoria por nocaut sobre Ohara Davies.
El vencedor está ahora en disposición de luchar por el título contra Rolly Romero, actual campeón superligero de la WBA, pero que no ha podido defender su corona debido a una lesión. Romero se alzó con el título vacante contra Barroso tras una sospechosa nocaut a su favor, a pesar de que Barroso, de 40 años, había dominado el combate en mayo del año pasado.
Anoche, Davies (25-3, 18KOs) cayó dos veces en el primer asalto, con el inglés ansioso por entablar combate, lo que le vino bien a Barroso (25-4-2, 23KOs), que clavó los pies y asestó golpes cortantes, obligando a Davies a caer rápidamente a la lona. A pesar de los esfuerzos de Davies, el inglés fue detenido sin más antes de los dos minutos de la primera sesión.
En las entrevistas posteriores al combate en DAZN, Barroso dejó claras sus intenciones sobre a quién quería enfrentarse a continuación.
"El público ha estado pidiendo que pelee con Romero, y yo sin más quiero decir que estoy aquí", dijo Barroso.
Para entonces, Romero se había acercado a la esquina de Barroso y le había felicitado tras derrotar a Davies, dándole su merecido.
Barroso, que tiene 40 años, creía que podía hacer daño a Davies tras el primer golpe que le propinó.
"Cuando empecé a boxear, me dijeron que tenía mucha fuerza, y con Dios de mi parte la tengo", dijo Barroso. "Cuando lancé el primer golpe, supe que le había hecho daño. Sabía que lo tenía".
